ERC y la CUP pactan una legislatura con tres etapas: acumulación de fuerzas, «confrontación» y otro 1-O
ERC someterá los avances en la Mesa Gobierno-Generalitat al veredicto de partidos y entidades independentistas-
El acuerdo de investidura entre Esquerra y la CUP conocido este domingo incluye el diseño de una legislatura que podría, potencialmente, acabar en un nuevo choque entre la Generalitat y el Estado. Así consta en el redactado del documento, filtrado en las últimas horas por los antisistema, que contempla un mandato en dos grandes fases: una de «acumulación de fuerzas» y otra, si fracasa la mesa de diálogo con el Gobierno, de choque con la legalidad vigente.
El elemento que decantaría el salto de la primera a la segunda fase sería, según el texto consensuado por los negociadores de ERC y la CUP, un eventual fracaso de la 'Mesa de Diálogo' Estado-Generalitat que ERC y el PSOE pactaron como condición para la investidura de Pedro Sánchez. No obstante, la CUP se compromete a dar un «cierto margen de tiempo» a este espacio de negociación que solo se ha reunido en una ocasión en La Moncloa antes de exigir un nuevo choque con la legalidad estatal. Con la cesión de la CUP, Junts se queda en solitario defendiendo la necesidad de dar por finalizada esta fase de conversaciones con Ejecutivo de PSOE y Unidas Podemos.
Según el documento del acuerdo, publicado en las últimas horas por varios medios catalanes, Esquerra seguirá apostando por explorar «al máximo» la negociación con el Estado con tal de lograr una solución política al conflicto catalán, sin embargo, se compromete a no dilatar esta fase «innecesariamente». Por ello, propone que los avances que se logren en este espacio se sometan a una rendición de cuentas ante distintos espacios tanto oficiales, como el Parlamento de Cataluña, como propios del independentismo, como la mesa de partidos y entidades soberanistas.
Fecha de caducidad
El pacto entre republicanos y anticapitalistas pone una fecha límite para dirimir si se sigue apostando por la negociación o, por el contrario, se disuelve la 'Mesa' con el Gobierno y se reactiva la «confrontación»: la primera mitad de 2023. En ese momento, el independentismo deberá decidir si el proceso de negociación ha dado los frutos esperados o discutir la eventual finalización. En cualquier caso, ambas formaciones, al igual que Junts, coinciden en marcar que el diálogo con el Estado solo puede dar lugar a dos acuerdos: una ley de «amnistía» para los presos independentistas y un referéndum de «autodeterminación» para Cataluña.
En el caso que, finalmente, fracase la negociación con el Estado y no se lograra alguno de los dos puntos, Cataluña entraría en la segunda fase, la «confrontación democrática» con el Gobierno. «La CUP y ERC se comprometen a generar las condiciones y los acuerdos necesarios para que podamos plantear un nuevo envite democrático, durante esta legislatura, por la vía que el conjunto del independentismo considere más adecuada (...) priorizando la vía del referéndum de autodeterminación». Así recoge el acuerdo de ERC y CUP este 'ultimátum' que, según ambas formaciones, podría dar lugar a otro 1-O si la 'Mesa' con el Gobierno fracasa.
«Acumulación de fuerzas»
Republicanos y anticapitalistas consideran que hasta 2023 la legislatura catalana debe avanzar en una fase de «acumulación» de capital social y político que legitime al independentismo para intentar otro envite democrático. Para ello, proponen «conquistar derechos» de índole social -en campos clave para los sectores más afectados por la crisis económica como la vivienda o los suministros-, aunque ello implique choques con el Estado. Con ello, ERC-CUP intentarán legitimar el proceso independentista ante los sectores más reacios de la población -'ensanchar la base', según la jerga del 'procés'- aplicando ambiciosas políticas sociales como un plan de «Rescate social», la mejora de la sanidad pública o el impulso de empresas públicas de energía y banca.
ES LA ESPAÑA DESTRUIDA.
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