Reino Unido acusa a Ursula von der Leyen de actuar como una dictadora en la crisis de las vacunas
Dice no entender las amenazas cuando la mitad de los países europeos tienen millones de dosis guardadas en la nevera por temor al desarrollo de trombos.
La amenaza de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de prohibir la exportación de las vacunas fabricadas en territorio comunitario a los países que impiden la llegada de las dosis hechas en sus fábricas, en clara alusión a Estados Unidos y Reino Unido, ha levantado ampollas entre los políticos británicos, que han calificado su actitud como la de una dictadora. Así se desprende de las palabras del ministro de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, quien respondió a las declaraciones de la presidenta diciendo que su amenaza «contradice» las garantías anteriores de la Comisión Europea de que no tenían ningún plan «para restringir el suministro contratado legalmente al Reino Unido».
«Francamente, me sorprende que estemos teniendo esta conversación. Normalmente, son el Reino Unido y la UE quienes se unen para rechazar que otros países con puntos de vista menos democráticos que los nuestros se involucren en ese tipo de políticas arriesgadas», dijo Raab a la prensa, y añadió: «Creo que es necesaria una explicación, porque el mundo está mirando» y afirmó que el país espera «que se respeten» las garantías dadas anteriormente así como «el suministro legal contratado».
Exportaciones
En la misma línea se manifestaron fuentes de Downing Street, que instaron a la Comisión a «cumplir su compromiso» de no restringir las exportaciones de vacunas, así como el ministro de salud, Matt Hancock, quien afirmó que la nación firmó «legalmente» un contrato, por lo que «esperamos que ese contrato se cumpla».
«Queremos ver reciprocidad y proporcionalidad en las exportaciones y estamos listos para usar cualquier herramienta que necesitemos para cumplir con eso», aseguró por su parte la presidenta, que añadió que «se trata de asegurarnos de que Europa reciba la parte que le corresponde en justicia». Y es que hasta el momento, los británicos han recibido unas diez millones de dosis fábricas en la UE. «Todas las opciones están sobre la mesa. Estamos en la crisis del siglo y no descarto nada por ahora. Tenemos que asegurarnos de que los europeos estén vacunados lo antes posible», aseveró Von der Leyen, que indicó que podría activar el artículo 122 del tratado con la UE, que le permite tomar medidas de emergencia para controlar la distribución de bienes esenciales si «surgen graves dificultades» para asegurar los suministros.
Ataque a AstraZeneca
En declaraciones a The Telegraph, David Jones, vicepresidente del Grupo de Investigación Europeo de diputados conservadores, consideró que «este es el tipo de conducta que se espera de los chantajistas, no de organizaciones internacionales respetables como la UE», mientras que fuentes del Gobierno citadas por la prensa local señalaron que la UE está poniéndolo el foco en atacar a AstraZeneca, y Bernd Lange, presidente del comité de comercio del Parlamento Europeo, manifestó que «la amenaza de prohibiciones de exportación de vacunas Covid-19 por parte de la comisión es un signo de impotencia más que de fuerza».
Asimismo, algunas columnas de opinión en la prensa británica han llamado la atención sobre la contradicción de que la UE amenace con cortar el envío de vacunas a Reino Unido mientras tiene millones de dosis guardadas que no se están utilizando para vacunar a su población. Von der Leyen «ha arremetido con petulancia adolescente», escribió el columnista Dominic Sandbrook en el Daily Mail, con «la amenaza de tomar el control de las empresas privadas, como si simplemente pudiera robar vacunas que el gobierno británico compró de manera abierta, justa e inteligente» y consideró que «es la élite de la UE la que ha defraudado a su propia gente». El subdirector médico de Inglaterra, Jonathan Van-Tam, advirtió al bloque que «las vacunas no salvan vidas si están en los refrigeradores. Solo salvan vidas si están (inyectadas) en los brazos».
También opinó el exlíder conservador Iain Duncan Smith, que calificó la posición de la UE de «estalinista» y «teñida de incompetencia, caos y contradicciones».
TODO SON INTERESES POLÍTICOS Y DINERO.
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