El faro de La Moncloa eclipsa al Gobierno
Redondo y su equipo dan forma a una gestión presidencialista con el gabinete controlando todos los resortes
La precariedad política con la que Pedro Sánchez accedió a La Moncloa en junio de 2018, con 84 diputados y tras años de resultados electorales adversos y encuestas que no aventuraban un futuro prometedor, motivó una estructura gubernamental tendente a proteger, potenciar y publicitar la imagen presidencial como atributo principal del Gobierno. Un faro marca el camino. Guía. Pero también eclipsa o deslumbra.
Todo eso pasa en un Gobierno construido desde su origen para potenciar la imagen presidencial. En una democracia que no es presidencialista, lo cierto es que la tradición ha tendido a potenciar ese carácter. En parte por la férrea disciplina de partido que nos aleja de ejemplos como el italiano. Pedro Sánchez y su director
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