Argentina da un portazo al Grupo de Lima y refuerza a Maduro
El Gobierno de Alberto Fernández pide «un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular».
Se veía venir, pero la noticia tardaba en producirse. Argentina, finalmente, decidió retirarse del Grupo de Lima, el bloque regional más crítico con Venezuela, que reclama el fin del régimen de Nicolás Maduro. La decisión supone un rechazo definitivo a la figura de Juan Guaidó y un triunfo del ‘kirchnerismo’ duro que encabeza la vicepresidenta del Gobierno, Cristina Fernández.
El presidente, Alberto Fernández, cedió a las demandas de la viuda de Néstor Kirchner, considerada el verdadero poder en Argentina, y decidió dar el portazo a la coalición de países de la región con la que su antecesor, Mauricio Macri, se sentía totalmente identificado.
La decisión resquebraja una iniciativa regional que contaba con la simpatía de Estados Unidos, se había negado a reconocer las últimas elecciones que dieron un nuevo triunfo a Maduro para gobernar hasta 2025 y aplicado sanciones políticas y económicas al régimen bolivariano. Fernández (ambos), a partir de ahora, darán prioridad al Grupo de Contacto del que forma parte la Unión Europea, más condescendiente con la dictadura bolivariana.
La excusa oficial para abandonar el bloque de catorce países que lideraban, entre otros, Colombia, Chile, Perú y Brasil fue considerar que «las acciones que ha venido impulsando el Grupo en el plano internacional, buscando aislar al Gobierno de Venezuela y a sus representantes, no han conducido a nada». En el comunicado, difundido por la Cancillería (Ministerio de Asuntos Exteriores), se añade: «La participación de un sector de la oposición venezolana como un integrante más del Grupo de Lima ha llevado a que se adoptaran posiciones que nuestro Gobierno no ha podido ni puede acompañar», en alusión al reconocimiento de la organización de Juan Guaidó como presidente y de la Asamblea Nacional. Dicho esto, el Gobierno apela a «un diálogo inclusivo que no favorezca a ningún sector en particular», pero «sí a lograr elecciones aceptadas por la mayoría con control internacional».
Asimismo, el comunicado apela a la incorporación al diálogo de «voces provenientes de los principales actores sociales del país, como la Iglesia, el sector empresario y las organizaciones no gubernamentales, sin exclusión». Dicho de otro modo, lo que propone Argentina es volver al punto muerto de partida de unas negociaciones que, hasta la fecha, únicamente han servido para dar oxígeno al régimen de Nicolás Maduro.
Críticas a las sanciones al régimen
En el texto difundido por Cancillería se destaca «el contexto en el que la pandemia ha hecho estragos en la región» y se condena «las sanciones y bloqueos impuestos a Venezuela y a sus autoridades, así como los intentos de desestabilización ocurridos en 2020», ya que «no han hecho más que agravar la situación de su población» y «en particular la de los sectores más vulnerables».
En una interpretación un tanto surrealista sobre el informe de la ONU elaborado por la expresidenta chilena Michelle Bachelet, el Gobierno argentino considera: «Las sanciones han afectado el goce de los derechos humanos» de acuerdo «a lo que se constata en el informe de la relatora especial sobre las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos».
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