Una sentencia arrebata el usufructo vitalicio a una divorciada por volver a casarse.
La Audiencia de Zaragoza da la razón al exmarido y dicta su segunda sentencia de este tipo en menos de cinco meses.
Una divorciada ha perdido el usufructo vitalicio que se le reconoció sobre una vivienda cuando rompió con su marido. Las condiciones del divorcio quedaron fijadas en 2014 y, en ellas, el exmarido perdió el uso de la vivienda conyugal de Zaragoza en beneficio de la que había sido su esposa. Sin embargo, ahora otra sentencia ha dado por extinguido ese usufructo vitalicio que se le otorgó a su mujer al comprobarse que se ha casado de nuevo y que, de hecho, ni siquiera reside en esa vivienda de Zaragoza sino en Huesca.
La Audiencia de Zaragoza considera que el cambio es tan sustancial que echa por tierra los argumentos jurídicos en los que se basó la concesión del usufructo vitalicio. Según el fallo, del que ha dado cuenta Heraldo, el tribunal ratifica la sentencia que ya dictó hace unos meses un juzgado de Primera Instancia y da a la mujer un mes de plazo para que abandone esa vivienda. Queda por ver ahora si la afectada opta por recurrir de nuevo la sentencia o si ésta se convierte en firme.
La Audiencia da la razón al exmarido, que fue quien instó a revisar las condiciones de su divorcio tras enterarse de que su exmujer se había vuelto a casar y usaba esa antigua vivienda conyugal como segunda residencia.
El tribunal considera que el usufructo que se le otorgó en 2014 era una suerte de pensión compensatoria para que la mujer no viera gravemente quebrantada su posición económica tras el divorcio, habida cuenta de que llevaba años sin trabajar y dependiendo de su hasta entonces marido. Ahora, cinco años después, con una nueva residencia habitual y una nueva realidad personal y familiar, el tribunal considera que ha dejado de tener sentido que la mujer siga disfrutando de forma vitalicia y en exclusiva de esa vivienda de Zaragoza cuya propiedad comparte con su exmarido.
Ahora queda por ver qué hacen ambos con ese inmueble. El hombre quería que fuera el propio tribunal el que forzara a ponerlo en venta y que el dinero obtenido se lo repartieran los antiguos cónyuges como copropietarios que son. Sin embargo, la sentencia no ha llegado tan lejos, no se pronuncia al objeto y deja el asunto en manos de los dueños, para que sean exmarido y exmujer los que se pongan de acuerdo al respecto.
Esta sentencia es la segunda de este tipo que dicta la Audiencia de Zaragoza en menos de cinco meses. El pasado diciembre, una madre divorciada fue condenada a abandonar el domicilio que costeaba su exmarido, después de que un detective contratado por éste haya destapado que la mujer vivía con una nueva pareja desde hace tiempo y que disfrutaba de esa misma vivienda familiar.
ES NATURAL, YA TIENE MEDIOS ECONÓMICOS SE SUPONE.
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