Los candidatos se centran en los ocho millones de electores que aún no tienen claro cuál será su decisión el próximo domingo 28 de abril.
La campaña electoral entra en su semana decisiva. El elevado número de indecisos, el voto oculto y el escenario político inédito en España, con más partidos que nunca compitiendo por el espacio de centro-derecha, dejan por delante unos días inciertos en los que puede pasar de todo, y en los que el doble debate de hoy y mañana será fundamental. Al inicio de esta recta final, la encuesta de las elecciones generales de GAD3/ABC, la última que puede publicarse antes de las elecciones en cumplimiento del plazo fijado por la ley electoral, refleja que Pedro Sánchez parte con ventaja, pero necesita a los protagonistas del desafío independentista para obtener una mayoría junto a Podemos y seguir así en La Moncloa. Sánchez suma por ahora, pero se la juega con los 8 millones de electores que continúan dudando.
El bloque de centro-derecha sigue teniendo más votos que el PSOE y los populistas juntos, pero la división les castiga de forma evidente, al sumar solo entre 156 y 165 diputados, lejos de los 176 de la mayoría absoluta, que les permitiría formar un Gobierno alternativo al de Pedro Sánchez. El centro-derecha, formado por PP, Ciudadanos, Vox, Navarra Suma y Coalición Canaria, sumaría el 46,2 por ciento de los votos, por delante del 44 por ciento del PSOE y Unidas Podemos, pero por detrás del 50,6 por ciento del «pacto Frankenstein», el mismo que llevó a Sánchez a ganar la moción de censura con el apoyo de los populistas, los independentistas catalanes, el PNV y Bildu.
Semana Santa
La encuesta de GAD3/ABC, con una muestra de 10.000 entrevistas, realizadas desde el 1 al 19 de abril, refleja que los insistentes llamamientos a la unidad de voto del centro-derecha no han tenido, hasta ahora, un efecto positivo. En el PP no pierden el optimismo. El equipo de campaña de Pablo Casado cree que la Semana Santa ha influido en la indecisión de muchos votantes de su bloque, y esperan que sea a partir de hoy cuando el voto útil empiece a caer en su cesta. Casado sigue insistiendo en sus mensajes anti-Sánchez para convencer a los votantes de Ciudadanos y de Vox de que la única alternativa frente al candidato socialista y a sus socios independentistas es él. A Casado le está echando una mano en ese llamamiento José María Aznar, quien ha pedido una unificación «masiva» del voto de centro-derecha porque si no, la derrota será «irremediable». La voz de Aznar se valora de forma especial en el PP, por la autoridad que tiene en un sector de la derecha que se fugó a Vox y Ciudadanos.
Según los datos de GAD3, hay 2,5 millones de votantes que todavía no saben qué van a hacer, y la mitad son antiguos electores del centro-derecha, es decir del PP y de Ciudadanos. En la encuesta se incluye a esos indecisos «puros» en el total de electores que no tienen firme su voto, es decir, también los que se han decantado ya por un partido pero admiten que pueden cambiar estos días de criterio. En total serían 8 millones de personas, cuyo voto ahora mismo no está amarrado.
El equipo de campaña de Casado se agarra al dato de los indecisos para mantener vivo su optimismo. Fuentes populares aseguran que el candidato del PP no descarta ni siquiera la victoria en las urnas. Se deja guiar por el pulso de la calle, que ve totalmente a su favor, y por un movimiento pequeño de votos (lo cifra en un 2,5 por ciento) que si se produce en las circunscripciones clave, las pequeñas, daría la vuelta a las encuestas.
De momento, el panorama que refleja GAD3 es muy diferente al deseado por Casado y el centro-derecha en general. El PSOE aparece consolidado en la primera posición, con un 31,5 por ciento de votos y 134-139 diputados. Sánchez ganaría, pero necesitaría pactar y no solo con Unidas Podemos, en plena decadencia, únicamente con 27 escaños según el sondeo. Tampoco le sería suficiente llegar a un acuerdo con el PNV, que obtendría seis diputados. La suma de ese «tripartito» sería de 168-173, incluido el escaño de Compromís. Es un alianza que no llega a la mayoría absoluta, por lo que Sánchez tendría que pactar con los independentistas catalanes, algo que ya ha dicho que no descarta en absoluto y no le molesta en absoluto, como ha demostrado esta legislatura.
El pacto de Sánchez con ERC se sitúa así como una opción realista. La cuestión será qué está dispuesto a ceder esta vez el candidato socialista para conseguir el apoyo de Torra y también de Junqueras y de otros separatistas que están presos. Si reedita su «pacto Frankenstein», Sánchez podría volver a contar con Bildu, como ya hizo en plena precampaña para negociar sus «decretazos» en el Congreso de los Diputados. Otegui podrá sacar pecho así una vez más de ser un socio preferente para el Gobierno de la Nación, como ya se ha jactado.
El PSOE también sumaría una mayoría suficiente con Ciudadanos, pero es una opción cada vez menos creíble, pese a los antecedentes de Albert Rivera. Visto cómo está transcurriendo la campaña y los mensajes de unos y de otros, parecería suicida a día de hoy que Ciudadanos permitiera finalmente a Sánchez seguir un día más en La Moncloa.
Sin tirar la toalla
Los acuerdos de Sánchez con sus socios de la moción de censura aparecen así en el horizonte con claridad, pero el centro-derecha no tira la toalla ni mucho menos. El PP se sitúa en un 20,1 por ciento de votos, con 81-86 diputados, a los que habría que añadir los dos de Navarra Suma, la plataforma electoral que une a UPN, los populares y Ciudadanos en la Comunidad Foral. Fuentes populares creen que podrán acercarse a los cien diputados, y confían en una subida de Ciudadanos junto a un mantenimiento de Vox, por lo que no descartan alcanzar la cifra mágica de los 176 escaños entre todos.
El partido de Rivera en este momento estaría en un 13,9 por ciento de los votos, con 42-44 escaños, muy por delante ya de Unidas Podemos, que ha perdido su tercera posición quizás de manera definitiva y mucho más sus anhelos de alcanzar al PSOE o de tomar «el cielo por asalto».
Vox, sin embargo, no consigue dar el «sorpasso» a ninguno de los grandes. La formación de Santiago Abascal obtendría un 11,4 por ciento y 30-32 diputados. Con estos datos, el centro-derecha seguiría lejos de la mayoría que necesita para llegar al poder. En el PP advierten de que van ganando votos poco a poco, y al final «ganarán» a las encuestas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario