El pacto con Iglesias acerca al PSOE a los tripartitos con ERC en Madrid y Cataluña.
En el Gobierno se apuesta por «buscar la transversalidad» pero los socialistas advierten de que quien tiene que ceder es Esquerra.
Romper los bloques, acabar con el «procés» independentista y garantizarse el Gobierno de España a medio plazo. Así encaja el puzle que comienza a abrirse paso en la dirigencia socialista, tanto en el PSOE como en el PSC, y que tiene como herramienta la vuelta del tripartito: uno en Madrid, con Pedro Sánchez en La Moncloa, Podemos dentro del Gobierno y el apoyo de ERC, y otro en Cataluña, con Esquerra al frente del Ejecutivo autonómico apoyado por el PSC y los comunes. En esa aritmética también podría encajar el Ayuntamiento de Barcelona, en este caso con Ada Colau en la alcaldía sostenida por PSC y ERC.
En el PSOE más abierto al diálogo con Podemos y las fuerzas independentistas se considera este esquema como el único probable para «romper la dinámica de bloques» y garantizar la gobernabilidad en un escenario tan fragmentado. Los tiempos del pacto PSOE-Ciudadanos (o PSC-Ciutadans), deseados por muchos en el seno del socialismo español, parecen ya quedan lejos. «En Cataluña, además, no sumamos ni añadiendo al PP... no es posible», cuenta un dirigente socialista catalán.
El PSC nunca ha rechazado rotundamente la opción de reeditar un tripartito, si bien es cierto que durante la última campaña electoral esa posibilidad no se planteó. Y siempre se apela a la necesaria renuncia de ERC a la unilateralidad y a aparcar la independencia de la agenda. La fractura –a punto de ruptura total– entre el Junts per Catalunya (JpC) y ERC ha dado alas a esta forma de gobernabilidad. Con los comunes apuntando a un posible apoyo a los Presupuestos. Esta semana, la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet, descartaba que el PSC pudiese plantearse ahora ese escenario. Se le preguntó por la cuestión durante un almuerzo en Madrid y señaló que, aunque «es bueno buscar esa transversalidad», en estos momentos el PSC no está dispuesto al acuerdo con ERC «sin una renuncia previa a la unilateralidad». Batet, figura clave en el Gobierno en el discurso territorial, insistía en que «las políticas de bloques nunca son buenas» señalando que «la transversalidad debe tener un espacio protagonista». Y apostaba por construir el «ambiente propicio para el acuerdo futuro», que desde el Gobierno de España el PSOE intentará impulsar en forma de «una mejora del autogobierno para todas las comunidades autónomas».
Aunque en el seno del PSOE hay quien solo ve este escenario como «una mera hipótesis», son mayoría los que ven muy probable un escenario electoral en todos los frentes en el que esta alianza solucione la gobernabilidad en diferentes niveles. «En la práctica, Sánchez ya gobierna así, se trataría de quitar de la suma a PNV y PDECat. Aunque es mejor que los números saliesen solo con Podemos», explica el dirigente de una federación del norte de España. Pero esa fórmula no valdría para Cataluña, donde ERC necesariamente tiene que estar en la ecuación.
La relación con los independentistas y con Podemos fue elemento central de la gran crisis interna en el PSOE en 2016 y 2017. «Está haciendo ahora aquello por lo que se le echó la primera vez», reconoce un diputado antaño crítico y que ahora asegura que Sánchez está haciendo «lo que toca».
Pero tras la victoria en las primarias y la posterior llegada a La Moncloa no hay capacidad de oposición a Sánchez. En parte porque los líderes autonómicos se centran ahora en revalidar sus cargos en las elecciones de mayo. Este escenario se mira con preocupación en Aragón, Andalucía o Castilla-La Mancha. Los territorios que, además de ser más contrarios al nacionalismo catalán, tienen los únicos líderes que se atreven ya a matizar el discurso de Sánchez. «Depende en qué términos se llegue a ese acuerdo. Si es para poner en marcha un proceso constituyente habría lío y muchos nos opondremos», dicen desde una de estas federaciones. Aunque recuerdan que «Zapatero ya gobernó con apoyos de IU y ERC» y «en esos términos no dudamos que se intentará». Pero advierten: «Tiene que ceder en casi todo ERC, no hay espacio para otra cosa». En cambio desde la Comunidad Valenciana se apunta a su ejemplo. El PSPV gobierna con Compromis y el apoyo exterior de Podemos. «Lo que es evidente es que la fragmentación ha venido para quedarse. En Madrid PSOE, Podemos y ERC pueden tener una mayoría», apunta una persona importante de esta federación, que tiene alguna duda más sobre que se alcance esa posibilidad en Cataluña: «Es más difícil, pero hay mucha gente en ERC que quiere gobernar y hacer cosas, no seguir enredados en una quimera».
Tiempo para desmarcarse
Esta es la difícil tarea que tiene sobre la mesa el partido que sigue liderando Junqueras desde la cárcel. Su entorno más cercano explica, por activa y por pasiva, que «sin mayoría social no se puede seguir por la vía unilateral», por lo que ahora necesitan tiempo para, por un lado, desmarcarse del PDECat o la Crida, que lidera Puigdemont desde Bélgica, y por otro, poner en marcha –en cuanto den los números parlamentarios– alianzas de izquierdas.
Ahora mismo, con los líderes del intento de independencia ilegal en prisión, no hay opciones para activar un posible tripartito en Cataluña. Tampoco en Barcelona. Unas opciones que sí podrían plantearse si la aritmética lo permite tras las próximas elecciones de mayo, municipales en Cataluña. Este es el tiempo que tiene Junqueras para enfriar su pacto con Puigdemont, relación completamente rota desde que el expresidente de la Generalitat optó por salir corriendo de España tras conocer la querella interpuesta por la Fiscalía por rebelión.
«No dejaremos de ser y defender la independencia de Cataluña. Pero no podemos llevar al país (por Cataluña) a más tensión. Hemos de seguir explicando el 1-O y llevar a todo el mundo lo que pasa en España. Pero la ciudadanía necesita que haya un gobierno de la Generalitat. Y que sea de izquierdas», confiesan en ERC.
Para los de Junqueras, el camino es el que está haciendo Iglesias, que se entrevistó en la cárcel con el líder de ERC, pero Podemos no es el PSOE. Cualquier tripartito de izquierdas se ajustará a las necesidades concretas de cada administración. Si los números dan...
LA INCERTIDUMBRE ES MUY GRANDE.
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