David Marjaliza (d) junto a Francisco Granados (i) en una foto de archivo
El juez Velasco deja libre bajo fianza al líder de la trama Púnica de corrupción
El constructor David Marjaliza deberá depositar 100.000 euros para salir de la prisión de Aranjuez.
El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco ha facilitado este miércoles la salida de prisión del constructor David Marjaliza, considerado cerebro de la trama Púnica de corrupción en la Comunidad de Madrid. El magistrado le ha impuesto una fianza de 100.000 euros para salir de la prisión de Aranjuez (Madrid), donde se encuentra ingresado desde que se inició la operación el 31 de octubre de 2014. Según fuentes jurídicas, Velasco ha tenido en cuenta para su decisión que Marjaliza “ha colaborado de forma positiva con la investigación y podría ver rebajada una hipotética condena”, por lo que disminuye el riesgo de fuga que justificaba mantenerlo en prisión.
En la actualidad, solo queda en prisión –en este caso en la de Estremera- el otro gran responsable de la trama, el exconsejero madrileño y ex secretario general del PP regional Francisco Granados, amigo personal de Marjaliza. En los últimos meses, Marjaliza ha salido en varias ocasiones de la cárcel para declarar ante el juez Velasco a petición propia. El 23 de julio quedó en libertad, también bajo fianza, la secretaria de Marjaliza, Ana Ramírez.
Una vez que la defensa de Marjaliza deposite la fianza, el cerebro de la red corrupta tendrá que comparecer cada quince días en el juzgado y no podrá salir de España, para lo que deberá entregar el pasaporte. También deberá facilitar un teléfono y un domicilio al juzgado y avisar de cualquier cambio de residencia, según fuentes de la Audiencia Nacional.
La red de Granados y Marjaliza se dedicaba, según la Audiencia, a "mover voluntades en varios Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid" para obtener "cuantiosos beneficios ilegales" en la "contratación pública amañada" y la "espuria recalificación de terrenos". Los beneficios, prosigue el auto, "eran trasladados a paraísos fiscales". Según la fiscalía, Marjaliza manejaba más de 150 sociedades.
La trama, concluye, "fomentaba detestables actitudes corruptas en el ámbito empresarial público y privado". Marjaliza está imputado por blanqueo de capitales, cohecho, tráfico de influencias, malversación, prevaricación, falsedad documental, delito contra la Hacienda Pública y pertenencia a organización criminal.
Este promotor inmobiliario, que presidió Nuevas Generaciones en Valdemoro y fue concejal junto a Granados en ese municipio entre 1995 y 1999, está al frente de un “amplio entramado empresarial” absolutamente dependiente de las decisiones políticas, según la resolución por la que Velasco le envió a prisión en octubre de 2014. Tener a su amigo Granados al lado le permitió hacerse con contratos públicos de obras y servicios, concesiones administrativas y promociones y recalificaciones urbanísticas. Según el magistrado, Marjaliza lograba “adjudicaciones irregulares tanto para sus propias empresas como para terceros, recibiendo una comisión por su actuación”.
El conseguidor de contratos Marjaliza creó, según Velasco, un “complejo entramado empresarial” para “ocultar los beneficios de su actividad, tanto la lícita, como la delictiva”. El magistrado cree que el constructor es “el centro de una amplia red de tráfico de influencias que ha patrimonializado la actividad pública de contratación y de urbanismo con la colaboración de funcionarios y autoridades públicas” e insiste en que hizo del delito un “modus vivendi [modo de vida]”.
EL PODER JUDICIAL ES MUY TOLERANTE CON LOS GRANDES CORRUPTOS
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