España se engancha al ‘black friday’
El comercio español abraza en 2015 las rebajas prenavideñas tradicionales en EE UU justo cuando allí pierden fuelle.
El comercio español ha abrazado con entusiasmo este año el Black Friday, el periodo de rebajas que los estadounidenses celebran el día siguiente de Acción de Gracias. Como ocurre con los disfraces de Halloween, el Black Friday (viernes negro en español) es un evento sin ninguna tradición en España y la mayor parte del público no conoce ni siquiera el porqué de su nombre. Pero son unas rebajas antes de Navidad y un gancho comercial que en 2015 ha calado con fuerza. Así, España abraza las promociones justo cuando en Estados Unido flaquean y muchas tiendas empiezan a dudar de su rentabilidad.
En Estados Unidos el Black Friday se celebra el último viernes de noviembre, ya que ese día, justo después de comerse el pavo de Acción de Gracias, es festivo. Se considera el pistoletazo de salida de la temporada de compras navideñas. Se llama así porque las tiendas vendían tanto esa jornada que sus libros de contabilidad pasaban del rojo al negro. Las compañías compiten por llamar la atención con las ofertas más extravagantes y las televisiones se llenan de imágenes de compradores entrando a la carrera en los centros comerciales.
Hace tres años un puñado de empresas decidió probar suerte en España y tratar de importar la fiesta consumista. El año pasado se sumaron algunos de los grandes operadores, como El Corte Inglés, Mango y algunas tiendas de Inditex. Y este año el fenómeno ha estallado: se han subido al carro todas las grandes cadenas, el comercio online e incluso parte del pequeño comercio de barrio. La mayoría alargará el evento incluso hasta el lunes. Hay ofertas para todos los gustos: la electrónica (televisores, ordenadores, videoconsolas...) copa la mayoría de los catálogos y los anuncios sobre Black Friday. Pero hay espacio también para rebajas de muebles, ropa, restaurantes, aerolíneas, gasolina y hasta jamones o turrón. Recopilar todas las empresas que se han sumado este año a las rebajas prenavideñas se ha convertido casi en una misión imposible.
Entre las promociones, las hay que han decidido hacer rebajas generalizadas (el 20% en todos los artículos, por ejemplo) y otros que optan por ofertas limitadas e incluso durante solo una hora que hacen de gancho.
¿Será rentable para el comercio español? Esta semana se han publicado estudios dispares, todos encargados por empresas que participan en el evento. El más optimista fue el de la cadena de electrodomésticos Worten, realizado por la consultora GFK. Aseguró que el 83% de la población española sabe qué es el Black Friday y que el 54% comprará algo. La encuesta, eso sí, se hizo solo entre internautas. La Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), por su parte, calculó que las ventas online del 27 al 30 de noviembre alcanzarán los 1.172 millones de euros.
En Estados Unidos, el Black Friday tiene ahora una mala salud de hierro. Generará millones de dólares de ventas. Pero el fervor que se producía durante esas 24 horas clave, ha pasado. Las rebajas empiezan cada vez más pronto, se extienden desde hace una semana por los portales electrónicos y eso hace que las llamativas colas que se formaban a las puertas de las tiendas días antes del viernes negro sean ahora escasas.
Chris Christopher, responsable de consumo en Global Insight, recuerda que el cambio comenzó tras la última recesión, cuando grandes cadenas presentes en Estados Unidos, como Walmart y Target, empezaron a abrir sus puertas ya en la tarde del día de Acción de Gracias buscando sacar tajada al adelantarse a la competencia. El jueves gris empezó así a comerse las ventas del viernes negro. Aun así, la consultora ShopperTrack es optimista. “Hay un gran número de distribuidores que están optando por cerrar en Acción de Gracias este año y esperamos que eso devuelva al Black Friday a la cima, tanto en ventas como en clientes”, dice.
¿Rentable para las empresas?
Por algunas tiendas, como Primark, el Black Friday pasará en España de largo. ¿Por qué hay empresas que no se suman? Según explica en su último informe Bryan Roberts, director de Insights en Kantar Retail, en Reino Unido la cadena de supermercados Asda, una de las grandes precursoras del viernes negro en ese país, se ha bajado del carro. Hay estudios que dicen que los comercios no aumentan sus ventas por celebrar ese día, ya que simplemente se adelantan compras que se harían en Navidad. Además, las ofertas pueden dañar los márgenes y las colas y el desorden, dañar la marca.
NO ME GUSTA PERDER IDENTIDAD NI COPIAR COSTUMBRES DE OTROS PAISES. El Viernes Negro no ha calado; nos lo han colado. Marquesinas, autobuses, tv e incluso resulta imposible leer las noticias sin ser interrumpido por su publicidad. Estas iniciativas favorecen al gran comercio y extorsiona al pequeño. El nombre de esta falsa festividad consumista no se justifica en origen cultural o histórico alguno o por lo menos europeo.
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