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jueves, 5 de junio de 2014

800 BEBÉS EN UNA FOSA COMÚN DE UN CONVENTO IRLANDÉS

UNA NOTICIA SIN EXPLICACIÓN APARENTE Y QUE ESTREMECE
Catherine Corless, la historiadora que descubrió el caso, ha explicado que este hallazgo es solo la punta del iceberg.
La orden católica de las Hermanas del Sagrado Corazón de Irlanda se ha apresurado a mostrar su apoyo y ofrecer su colaboración en cualquier investigación sobre los casos de enterramiento de niños en fosas sin identificar ocurridos en centros gestionados por religiosas. La congregación ha calificado los hechos como «un capítulo muy triste de la sociedad irlandesa», según un comunicado remitido este jueves a la cadena pública RTE.
La Iglesia Católica de Irlanda ha manifestado sentirse horrorizada tras conocer el hallazgo de restos óseos de unos 800 pequeños, fallecidos entre 1925 y 1961, en las inmediaciones del convento de Bon Secours de Tuam (al oeste del país), que durante esos años funcionó como un centro de acogida de madres solteras.
El Arzobispado de Tuam en seguida se ha desligado del centro afirmando que no participaba en la gestión de ese convento y que la diócesis se encuentra entristecida por el reciente descubrimiento. «Apenas puedo llegar a imaginar el enorme impacto emocional que sufrieron las madres dando a sus bebés para la adopción o siendo testigos de su muerte. El dolor y el quebrantamiento que han padecido vá más allá de cualquier entendimiento», ha afirmado el arzobispo de Tuam Michel Neary, en un comunicado.
Las Hermanas del Sagrado Corazón de Jesús también gestionaron durante años tres casas de acogida para madres solteras en sus congregaciones de Bessborough (sur), Castlepollard (al oeste de Dublín) y Sean Ross Abbey (centro). A medida que se van conociendo los detalles del truculento hallazgo aumenta la presión sobre el gobierno para que se abra una investigación sobre el caso.
La polémica generada está aumentando la presión sobre el Gobierno de Dublín, de coalición entre conservadores y laboristas, para que inicie una investigación sobre este asunto. De momento, los ministros de Justicia y de Infancia, Frances FitzGerald y Charlie Flanagan, respectivamente, se han comprometido a estudiar la cuestión para determinar cuál es la mejor vía de actuación.

Primeras sospechas, en los 70

Las primeras sospechas aparecieron en 1975, cuando Francis Hopkins y Barry Sweeney, de 12 años de edad, encontraron un agujero en una losa de hormigón mientras jugaban. Según su versión, estaba «a rebosar de huesos». Sin embargo, la mayoría de la población local atribuyó los restos a una antigua «workhouse» (donde la gente pobre que no tenía con qué subsistir podía ir a vivir y trabajar) situada en el mismo solar sobre el que posteriormente se emplazaría el convento.
Recientemente, la historiadora irlandesa, Catherine Corless, descubrió unos certificados de defunción que indican que esos restos pertenecen a cientos de niños que yacen en el espacio que ocupaba un tanque séptico del edificio conocido como «El Hogar», regido de 1926 a 1961 por la hermandad de monjas del Bon Secours.
Corless ha asegurado que el hallazgo de los restos óseos es solo la punta del iceberg y sostiene que el Gobierno guarda en secreto los certificados de hasta 4.000 bebés que fueron enterrados en otras fosas sin identificar durante décadas.
Durante ese período, en Irlanda existían numerosos hogares para madres solteras, siempre estigmatizadas por la sociedad. Después de dar a luz, las jóvenes cuyas familias no eran lo suficientemente pudientes como para sufragar los gastos que implica la manutención de un bebé se vieron obligadas a trabajar duramente en lavanderías o cocinas de esos centros de acogida. En algunos casos, sus retoños eran dados en adopción sin su consentimiento.
NO TENGO COMENTARIO A HASTA NO PROFUNDIZAR EN LA CAUSA DE ESTA TERRIBLE NOTICIA

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