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sábado, 5 de octubre de 2013

UNA SANIDAD EN RUINA TOTAL.¡NO SE PONGA ENFERMO¡

EL CAOS DE LA SANIDAD PÚBLICA PREVIO A LA PRIVATIZACIÓN.
Colas de más de una hora en un centro de salud de Pumarín -y en otros de Oviedo- para ¡atención! pedir la vez, solicitar una consulta con el médico de cabecera o como se diga en el argot que nos imponen por grado o por fuerza.
Señores, es el colmo de los colmos. A las listas de espera de meses para una prueba diagnóstica y ya ni se sabe cuanto tiempo para una operación ahora se añade en el grado cero del asunto una interminable petición de cita en forma de cola como aquellas de la URSS.
Y es que el fenómeno es el mismo: monopolio de Estado. A ver cuándo cae nuestro muro y nos libramos de tamaña desvergüenza.
El Estado del bienestar es el bienestar del Estado y la gran desgracia de los ciudadanos. Mes a mes a cada cual le quitan un tercio de lo que gana, quiera o no, y después lo gastan en un tinglado de derroches y abusos cuando no sencillamente robos. ¿Cómo es posible que cerca del cuarenta por ciento de los presupuestos públicos se vayan en salud? ¿tan graves estamos? ¿no será más cierto que una casta política pero no solo política se lleva a manos llenas los dineros de todos?
Y qué decir de la hermana melliza de la salud: el sistema de pensiones. Le quitan a uno el dinero mes a mes, quiera o no, y sin contrato ni nada de nada. Al final, al jubilado le dan una birria y no puede reclamar porque sencillamente le han robado y el hurto no incluye papeles, claro. Es un escándalo mayúsculo, un delito continuado se mire como se mire y de una cuantía colosal.
Pero, ay, el ciudadano medio decidió en un día nefasto vender su libertad por un plato de lentejas y al final de su vida lo que creía seguro es solo una bazofia fría, pésimamente servida e imposible de tragar.
Cuando una sociedad opta por la esclavitud a cambio de que la mantengan con engaños ocurre lo que estamos viendo. Una cola para pedir la vez y que después, dentro de no se sabe cuanto, otra cita para una radiografía y una promesa incumplida de quirófano mientras la pensión no da para comer y... la muerte como cura y liberación. Al fin.

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