El Rey-Hermida: un error de formato.
La conversación de Hermida con el Rey no corresponde a los moldes de una entrevista tal como la entienden muchos periodistas. Es evidente, cree Iñaki Gabilondo, “que el Rey no se va a someter a una entrevista”. “El formato que le dieron a esa conversación no fue el de una entrevista”. Y, “como no era una entrevista, y por tanto no se iba a hablar de las preguntas de inmediato interés del público, la gente fue inducida a error”.
Campo Vidal es de la misma opinión. “No es lo mismo decir que el Rey ha dado una entrevista a que el Rey ha accedido a una conversación... El periodista que se somete a llevarla a cabo sabe que va a pagar un precio por hacerla, porque la gente espera una entrevista y no lo es”.
Juan Ramón Lucas: “ Hermida es un referente y creo que no debió aceptar una entrevista sin preguntas. Cualquier asunto que hubiera sacado a colación no cabía en algo tan rígido. Un periodista tiene que preguntar por esas cosas. Y si no puede hacerlo, mejor que no lo haga”.
Julia Otero: “No la vi con demasiadas expectativas. No hay nada peor para una entrevista que el protagonista quiera quedar bien con todo el mundo. Y por norma el Rey se supone que, siendo el Rey de todos, querrá quedar bien y tiene que fingir y mentir muchas veces. Hermida no está impelido ahora a hacer preguntas de actualidad”.
Antonio San José: “Demasiada reverencia distancia un poco; Hermida es un personaje en sí mismo, sabían qué podría dar de sí una entrevista suya: sería una conversación, y no fue más allá”.
Pepa Bueno: “No era una entrevista. Una entrevista incluye preguntas, repreguntas que permitan abrir cortinas. Probablemente fue un error de formato. Un reportaje hubiera sido más adecuado. No se puede entrevistar un poquito... Las preguntas son las que hay que hacer. Y si no se pueden hacer, que no haya entrevista”.
María Casado: “El género está inventado desde hace muchos años; puede tener mil formas; ocurre con la entrevista como con el fútbol, todo el mundo tiene dentro un entrenador, todo el mundo sabe qué preguntas tenías que haber hecho. En cuanto a la de Hermida con el Rey, como documento es impagable, porque no siempre tienes a un Rey siendo entrevistado. En cuanto a la forma, cada uno la juzgará. La entrevista es la que es”.
Jordi Évole: “No dejaron al Rey ser el Rey. Un Rey enfrentado a un cuestionario es algo casi único, y la decepción ha sido enorme. El entorno del Rey (no culpo a Hermida) se dedicó a proteger a don Juan Carlos y a desproteger al telespectador. Si se encuentran un Rey y un periodista se genera una expectativa que no fue nunca satisfecha. Consiguieron algo encosertado, previsible, nada fresco. Hermida debe de estar diciendo, como el Rey después de Botsuana: ‘Lo siento mucho, no volverá a ocurrir”.
Jesús Hermida ya hizo las preguntas. Ahora guarda silencio.
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