Ruta del Cares-Picos de Europa-España(foto J.A.Miyares)
Montoro apremia a las autonomías a cumplir ya ante la alarma económica.
Griñán estudia eliminar complementos salariales a sus 270.000 empleados
La Generalitat de Cataluña ultima un nuevo plan de privatizaciones
Las comunidades del PP se suman a la exigencia de los hispanobonos
La semana decisiva para las comunidades autónomas, con un Consejo de Política Fiscal clave convocado el jueves, arrancó de la peor manera posible: con la Bolsa desplomada y la prima de riesgo superando su propio récord. Aunque públicamente no quiera admitirlo, el Gobierno vive en estado de emergencia. Y la imagen de control de las comunidades es clave. Así que se precipitan las negociaciones en privado y los mensajes en público para apremiar a las autonomías a recortar gastos, subir impuestos y privatizar servicios como fórmulas a la desesperada para reducir el déficit.
El Gobierno negocia hasta última hora con el foco puesto en las comunidades con más problemas. Asturias, con amenaza de intervención por su vacío de poder; la Comunidad Valenciana, con unos datos muy preocupantes; Murcia o Castilla-La Mancha. A estas últimas, controladas por el PP, prácticamente les están redactando el plan de ajuste en Hacienda, sobre todo a la valenciana. El mayor problema político es con Cataluña y Andalucía. Especialmente con esta última, que controlan el PSOE e IU, y quiere representar un modelo alternativo a los recortes del Ejecutivo.
El responsable de Hacienda, Cristóbal Montoro, fue ayer muy claro en Barcelona. Dijo que “toda Europa” estará atenta al consejo del jueves. “Su duda está en si se podrá equilibrar el presupuesto de las comunidades y los gobiernos locales”, advirtió mientras señalaba que no le temblará la mano para intervenir comunidades, a las que recordó que “los plazos son para todos”. También para los Ayuntamientos.
Fuentes del Gobierno de José Antonio Griñán aseguraron que el plan, que se presentará hoy tras el Consejo de Gobierno, incluye la eliminación de determinados complementos salariales a los empleados públicos. Según datos de noviembre de 2011, en Andalucía hay 266.999 personas con nómina de la Junta.
El principal problema que atraviesan ahora las autonomías es de liquidez. Las emisiones de deuda de las comunidades para 2012 son de cerca de 33.000 millones de euros. Tienen vencimiento de deuda por unos 17.000 millones y el resto, unos 16.000 millones, es por la nueva deuda para financiar el déficit previsto este año, un 1,5% del PIB de las comunidades.
España cruza los dedos para que la posible caída griega sea ordenada.
Europa debe reforzar el fondo de rescate europeo y el BCE tiene que preparar una gran operación para evitar el contagio de una salida griega del euro.
Paul Krugma nes el economista de moda en España, un Nobel en estado de gracia, superventas de libros y prescriptor de análisis. Gusta en el sur de Europa: es el abanderado de los que denuncian la austeridad radical como agravante a la crisis. Y lo que dice, muy a pesar de sus críticos, algunos lo perciben como la luz de un faro. Así que cuando el domingo, en su blog en The New York Times, vaticinó una pronta salida de Grecia del euro (“posiblemente el mes que viene”) y deslizó la posibilidad de un corralito en España (“quizá, solo posiblemente”, recalcaba), abrió la veda para mentar la bicha en los cafés. Pero en los mercados la pregunta de qué ocurrirá lleva tiempo formulada: los griegos tienen un pie fuera del euro y los inversores reclaman a Europa una respuesta firme para evitar el contagio a España e Italia.
Krugman ilustró su texto ni más ni menos que con un vídeo de la ópera alemana El ocaso de los dioses. Y lo que España necesita es que una caída griega resulte lo menos wagneriana posible, un ocaso controlado. “Si Grecia sale del euro, hay un riesgo masivo de contagio y es necesaria una respuesta muy fuerte de Europa para evitarlo, el Banco Central Europeo tendrá que actuar como prestamista de último recurso, y hará falta una unión fiscal”, explica Andrew Balls, el responsable de renta fija europea de Pimco, la mayor gestora de renta fija.
Así funciona el dominó: si Grecia vuelve al dracma, es esperable que bloquee la salida de capitales, porque estos se esfumarán (ya lo hacen) a países seguros (Alemania, Suiza) al olor de la severa devaluación (algunas estimaciones apuntan hasta un 60%). La aversión a semejante riesgo se trasladaría rápidamente a España, pero de ahí a decretar un corralito para frenar la fuga de dinero hay fichas que mover. Los ataques de los fondos de alto riesgo sobre la deuda encenderían otro fuego. Los analistas coinciden en que el BCE tendrá que inyectar más dinero y comprar deuda y que el fondo de rescate europeo se tendrá que reforzar.
» Capital a la fuga. “No veo una gran pérdida de capital, ya que los inversores españoles presumiblemente se quedarían, y los depósitos extranjeros mayoristas ya se han marchado en gran medida”, apunta Daniel Gros, del Centro de Estudios sobre Política Europea (CEPS). Hay margen para más pérdidas. Desde julio, España ha perdido 128.000 millones de euros de capital extranjero. Es la hemorragia más grave en toda la serie estadística del Banco de España, que arranca en 1990. Los números dan una idea gráfica de la pérdida de confianza. Solo en febrero, el dato más reciente, se perdieron 25.548 millones. Y el peso de los inversores foráneos en la deuda del Estado ha bajado del 50% en diciembre al 37% en marzo. Esto podría ser ahora positivo, según Alfonso García Mora, de Analistas Financieros Internacionales (AFI): “Hay una lectura buena: la deuda ha restado dependencia del capital extranjero”. La cuestión es si la banca española mantendrá su dinero en casa.
» Riesgo país desbocado, BCE al rescate. La prima de riesgo (el diferencial de interés que pagan los bonos a 10 años respecto a los alemanes) se desbocaría. El interés ya está por encima del 6%, un nivel no sostenible mucho tiempo. “Pero podríamos ver llegar el tipo al 7%, o incluso el 8%, y España podría necesitar financiarse del fondo europeo”, advierte García Mora. “Las cosas se van a poner tan mal”, advierte Javier Ferrer, de Ahorro Corporación, “que no va haber debate: el BCE va a tener que actuar”. Al final, añade, “la gente ya empieza a pensar que lo menos malo es que nos intervenga el BCE”. El banco no ha comprado deuda soberana en las últimas nueve semanas y no confirma nuevas subastas de crédito barato a los bancos, después del billón ya inyectado. El mercado español mueve volúmenes tan pequeños, apunta José Carlos Díez, “que con pequeñas compras de bonos el BCE puede bajar la prima 100 puntos. Pero ya no servirán las emboscadas, tendrá que plantear la guerra”.
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