Que una vicepresidenta y ministra diga que la palabra de una mujer, sea joven o vieja, está por encima de la presunción de inocencia es gravísimo, debería dimitir de inmediato.
Este país perdió el norte en manos de una banda de indecentes e impresentables dispuestos a todo con tal de aferrarse al poder.
Me preocupa aún más esa masa borreguil que la aplaudía cuando decía semejante disparate.
La presunción de inocencia constituye un derecho fundamental reconocido en la Constitución y, lejos de ser un mero principio teórico de derecho, representa una garantía procesal ineludible.
La palabra no es suficiente en un Estado de derecho.
Poner en tela de juicio la labor judicial es propia del fascismo.
Si creen que el juez prevaricó, lo tienen fácil: denunciarlo y recurrir. Pero no tratar de pervertir derechos fundamentales como son la garantía de la presunción de inocencia y la igualdad de todos ante ley. Además de pisotear la separación de poderes.
Ya sé que les gustaría a muchas misándricas dictar sentencia sin necesidad de jueces ni de juicios.
De todos modos los de este gobierno han hecho cosas peores y ahí siguen sin inmutarse:
No cumplieron las promesas electorales de traer ante el juez a los fugados, incluido Puigdemont. Vendrán en alfombra roja impunes.
Tampoco aquello de no pactar con Bildu e independentistas. Son socios preferentes estos que homenajean a los asesinos etarras cuando salen de la cárcel.
Qué decir de la indecencia que suponía que un político indulte a otro político, lo repetía Pedrito el mentiroso. Si fuera poco todo ello, recuerdan que «no tienen amnistía ni la tendrán, es anticonstitucional y se salta el Poder Judicial», así decían todos ellos en campaña electoral. Pues si, como siempre hicieron lo contrario que decían que harían, si el Constitucional no lo remedia, les darán impunidad a los corruptos, delincuentes y fugados a cambio de apoyo para seguir en el poder, lo que en cualquier democracia se diría corrupción sin más. Es comprar el poder en trueque con lo peor de cada casa.
Pero, no conformes, esos independentistas insaciables les sacan competencias, prebendas y condonación de deuda que deberemos pagarla el resto de españoles a quienes malversaron para llevar a cabo un golpe de Estado. También en eso pretenden dejarlos limpios de polvo y paja. Se saltan presunción de inocencia, la igualdad de todos ante la ley y la separación de poderes. Pues ahí siguen sin que todos los medios pongan grito en el cielo como debería ser su cometido de fiscalizar el poder, denunciar indecencias y corruptelas.
Sin medios valientes y libres no hay democracia que se precie.
Me repito tanto que hasta canso, eso espera este gobierno de la gente decente: que se calle por cansancio. Pues no deberíamos.
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