Llevo tres días sin pegar ojo, justo el tiempo que hace que me he enterado de que Pilar Rahola, muy quemada por el procés, ha puesto a la venta su chalet en Cadaqués y anuncia que se va de Cataluña a la América española, a recuperar la pasión perdida y enseñar a los argentinos y chilenos a hablar catalán.
¡Qué gusto!, una persona de izquierdas con un chalet de siete habitaciones y cinco baños a la venta por el precio asequible de 3,7 millones de euros. Me recuerda a Wyoming con su catálogo inmobiliario en propiedad, Almodóvar con su fortuna..., y todos dándonos lecciones a los españoles de lo que es ser un auténtico demócrata de izquierdas.
Sabía lo de Lluís Llach (ahora preside la ANC) cuando se refugió en Senegal y dijo no querer saber nada más de la política catalana, y también lo de Mónica Terribas, aquella patética periodista "star" de Catalunya Radio que, tras la declaración unilateral de fugaz independencia, en 2017, inició su programa especial con un: «Buenas tardes, ciudadanos de la república".
Había empatizado tanto con esta gente que también pensé en exiliarme para reencontrarme conmigo mismo, incluso con algún independentista redimido, pero esto de la Rahola ha terminado por fulminarme.
Ya venía teniendo pesadillas con cositas que vienen de Cataluña, como aquel: "Ho sento molt. M'he equivocat i no tornarà a passar", mítica frase pronunciada por el entonces rey Juan Carlos que para mí fue como una rendición, un punto de inflexión que dio inicio a una etapa de bandolerismo patrio que nos transportó a toda velocidad a una transición posdemocrática en la que aún estamos metidos, incapaces de ver la salida.
El rey se equivocó entonces al reconocer que se había equivocado.
Otra frase aparentemente inocua pero mucho más "profunda", de más altura intelectual, es la de Óscar Puente referida a Pedro Sánchez: "Es el puto amo".
Y lo es. Sin salirse un ápice de su fraternal y empático discurso, los otros son el fango, el lodo, la ultraderecha, los fachas, los que injurian y mienten; sus ministros son puros y, sobre todo, castos, y en lo que respecta a su mujer... "absoluta tranquilidad y absoluta transparencia". "Si quieren investigar el estado de las cuentas de mi esposa verán que es una mujer pulcra, honesta, y que tiene un estado de cuentas que refleja lo que cualquier profesional trabajadora o trabajador, como millones de españoles y españolas en nuestro país".
Sí, señor, todos tenemos diez cuentas bancarias para un saldo total de 45 euros.
"¿Y Aldama, quién es ese tipo? Nadie lo conoce..., miente como un bellaco". Eso dicen, pero después de meses quemando recursos y mareando la perdiz para condenar a los condenables, hasta el momento solo se confirman una verdad y una mentira.
La verdad es que Aldama conocía a todos los de la presunta trama. La mentira es que nadie de la presunta trama conocía a Aldama. Están de broma.
Saludos cordiales.
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