El organigrama de la vida más nos sorprende cuando más lo observamos o estudiamos y, sobre todo, cuando lo sufrimos. Haciéndolo, ocurre entonces que resolvemos muchos de los enigmas que se encierran en todos los terrenos donde pisa el ser humano. A pesar de que, según los filósofos, los enigmas son cosas que no se pueden comprender o no se logran interpretar. Me refiero más a la realidad que a la ficción. Claro que para observar y definir con ciertas garantías lo que hoy se me ocurre en mi rebuscada mente, como a una buena parte de los mortales supongo, ha de contarse con una pila de años. Los suficientes como para que te den un caché (del que no debes nunca presumir) que te permita observar y comprender lo que estás tratando, agarrándote a la libertad de poder decirlo claro, conciso y con una buena dosis de garantía democrática de no recibir castigo a cambio, dado que las verdades duelen.
Claro que puede ocurrir que tengamos sucesos importantes desfilando por delante de nuestro cuerpo y espíritu durante una gran parte de nuestras vidas con su trayectoria, con su significado, sin ni siquiera tratar de querer entender cómo funcionan, resbalándonos y dejándolos pasar aunque sean tan importantes que lleguen a afectarnos física y mentalmente. En la vida de un hombre instalado en un continente moderno y democrático, como lo es la vieja Europa, bajo ningún concepto debían de ignorarse esos pasajes ya que, el hacerlo, puede llegar a arrancarnos nuestras libertades que tanto costaron conseguir a otros para disfrute nuestro. No estaría de más recordar aquí aquello de que lo que ya tenemos, no lo valoramos.
Todas estas inquietudes internas que vivo de vez en cuando como humano, vienen a mi mente con más intensidad desde el pasado domingo día 30 de junio. Ese día, lo mismo que trescientos vecinos más, acudimos a la manifestación celebrada en la Casa del Mar, en Figueras (esta vez sin estar capitaneada por políticos de colores variopintos, en busca de sus particulares intereses. Algo es algo). Se trataba de un tema real y candente como la vida misma, como lo es el dejar sin médico de cabecera al consultorio periférico de Figueras, que junto con el de Castropol y San Tirso de Abres pertenecen al centro de salud de Vegadeo, a su vez encuadrados en el área sanitaria I, que corresponde al Hospital de Jarrio. Concretamente, en el consultorio de Figueras pasamos de tener un médico cinco días a la semana a un solo día. Claro que puede ocurrir que el motivo de fijar la consulta con médico a un miércoles se deba a que, ese día, se celebra mercado en la vecina Galicia y la gente en a terceira feira, desde siempre, no suele tener tantas dolencias.
La manifestación fue convocada por las AA VV y Mayores de Tol, San Tirso de Abres y Figueras, con sus responsables a la cabeza. Junto a ellos, contamos con la inestimable ponencia de dos jóvenes médicos. Ambos, a mi juicio, muy integrados y preocupados profesionalmente por sus funciones y, por tanto, por mantener una sanidad adecuada a nuestras necesidades. En sus intervenciones, que he de decir nos desasnaron en tan importante tema a la mayoría de los allí presentes, ambos doctores se limitaron a explicarnos clara y concisamente el funcionamiento del organigrama del mapa sanitario en Asturias, manejado por el órgano encargado de la asistencia sanitaria, Sespa, desde el año 2002. Muchas gracias a ellos pues, a los médicos, por hacernos ver la luz un poco más allá de lo que hasta entonces veíamos.
De su plática sacamos en conclusión que para una gestión sanitaria de calidad deben cumplirse dos condiciones:
1.- Una buena financiación.
2.- Una administración adecuada de los recursos materiales humanos.
Por boca de ellos nos enteramos de que los asturianos cumplimos con uno de esos dos requisitos, pues estamos entre las tres comunidades que cuentan con mayor presupuesto de financiación para sanidad, por detrás del País Vasco y peleando por el segundo puesto con Navarra. A la escasez de médicos en España se une una nefasta gestión de los recursos materiales humanos en nuestra comunidad. Sirva de ejemplo que en Asturias se convocaron oposiciones en 2022 y a día de hoy están sin celebrarse. En las últimas, una vez celebradas, tardaron dos años en resolverlas. Sin ir más lejos, nuestros vecinos gallegos convocan oposiciones cada dos años. En la también cercana Castilla y León acaban de celebrar oposiciones, a las que acudió nuestra médica de cabecera, Lucía, y su pareja también médico destinada en Vegadeo. Aprobaron ambos las oposiciones y, lógicamente, con el dolor de su alma y de la nuestra, se marcharon a León, quedando nosotros desamparados, sin plumas y cacareando.
La mayoría de los allí presentes ignorábamos todos esos datos.
Para solucionar tan graves problemas no parece difícil imaginarse quién se tiene que poner las pilas, además de los alcaldes que debieran tratar por todos los medios de cuidar nuestra salud, así como también la social y económica, como demandó claramente desde la mesa de la manifestación el presidente de una de las asociaciones allí presentes. Después de palpar lo que ocurre con nuestra sanidad in situ, hacer llegar sus quejas al mismísimo presidente del Principado. Así que, visto lo visto, no parece quedar otra que tomar el toro por los cuernos para solucionar de una vez por todas, y por parte de quien corresponda, un problema tan serio como el que nos afecta a los vecinos de Figueras, Barres y Tol, lo mismo que a otros consultorios periféricos y al mismísimo Hospital de Jarrio, en el que cada día la falta de personal sanitario es más evidente.
¿Que qué pensamos y deducimos los ciudadanos de a pie del Occidente después de la manifestación del 30 de junio pasado y, cómo no, después de visitar posteriormente algunos la memoriona hemeroteca que no se olvida de nada? Pues algo muy lógico y sencillo: que si nosotros, los ciudadanos, estamos cansados del mal funcionamiento sanitario que sigue in crescendo, cómo estarán los médicos, que además sufren una dura jornada laboral, muchas veces con más de cincuenta pacientes presenciales cada día y que han de seguir por las tardes con sus consultas telefónicas para poder atendernos a todos. Particularmente a mí me sonaba a Jauja esto de las esperas, hasta que hace unos días me aplazaron una consulta para oftalmología, en Jarrio, para junio de 2025. A quienes no dispongan de los medios necesarios para acudir a un médico privado pues no les quedará más remedio que conformarse con la ceguera, a una mala. Y para más inri, que nos sirva de ejemplo que todos los problemas sanitarios amenazan con duplicarse ahora, de cara al verano, con poblaciones que se multiplican hasta por cinco.
Y como quiera que obras son amores, que no buenas razones, pues bueno y democrático sería que se escuche al pueblo reivindicando sus legítimos derechos. Para ello, en este caso que nos atañe, nuestros representantes, los alcaldes nombrados democráticamente, deben apoyar, promover y exigir que de una vez por todas se pongan a trabajar en serio con su correspondiente y abundante equipo para solucionar los problemas sanitarios de los asturianos y asturianas los más de dos docenas de señores que forman el organigrama de la jefatura del Sespa.
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