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domingo, 19 de junio de 2022

FEANCIA CAMINA HACIA SU ASAMBLEA NACIONAL MÁS FRAGMENTDADA.

 Francia camina hacia su Asamblea Nacional más fragmentada

La coalición liderada por Macron podría cosechar hoy una victoria ajustada en la segunda vuelta de las legislativas

La extrema izquierda populista de Mélenchon apunta a un gran resultado que complicaría la cohabitación

Francia abre hoy una nueva página de su historia política. 48,9 millones de electores son invitados a elegir, en la segunda y decisiva vuelta, los 577 diputados de una Asamblea Nacional (AN) sin precedentes, con tres fuerzas dominantes, el partido y coalición próxima a Emmanuel Macron, una coalición dominada por la extrema izquierda populista de Jean-Luc Mélenchon, y el partido de extrema derecha de Marine Le Pen. Se trata de unos equilibrios de fuerzas parlamentarias sin antecedentes en la historia de la V República, fundada entre 1958 y 1962, donde las dos grandes familias que dominaron la escena nacional, durante más de medio siglo, los conservadores y socialistas tradicionales, están hundidos en históricas crisis.

En el sistema político francés, la matriz fundacional es la elección del presidente de la República a través del sufragio universal, desde 1962.

Macron fue reelegido el 24 de abril pasado, con el 58,54% de los votos. Quedó en segunda posición Marine Le Pen, con el 41,56%. Elegido el jefe del Estado, debe elegirse una nueva AN, primera cámara del Parlamento Nacional, a dos vueltas, asimismo.

El domingo pasado, Renacimiento, el partido de Macron, y su coalición de partidos de la mayoría presidencial, Juntos, consiguieron el 25,75% de los votos. En la segunda vuelta, hoy, las últimas estimaciones oficiosas, de ayer sábado, apuntan a que el partido y la coalición presidencial quizá vuelvan a tener una victoria muy ajustada, que pudiera permitirle ganar entre 250 y 292 escaños. Con una mayoría relativa o absoluta, si llega a los 289 diputados. En la AN saliente, elegida el 2017, Macron tenía una mayoría excepcional de 359 diputados: posible pérdida de poco más o menos 100 diputados. Si se confirmasen estas previsiones, Macron tendría la mayoría parlamentaria más débil y fragmentada de la historia de la V República.

La Nueva Unión Popular, Ecológica y Social (NUPES), una coalición dominada por La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda populista), liderada por Jean-Luc Mélenchon, consiguió la semana pasada el 25,66% de los sufragios, un empate técnico con la coalición presidencial. Según las últimas estimaciones, NUPES podría conseguir entre 179 y 225 diputados: el resultado más espectacular conseguido nunca en la historia de la V República por una coalición creada el pasado mes de abril dominada por la extrema izquierda populista. En la AN saliente, no existía la NUPES y los partidos que hoy la integran solo tenían 72 diputados. Puede ganar un centenar o más.

Sin precedentes

Agrupación Nacional (extrema derecha), el partido de Marine Le Pen, consiguió el 18,66% de los votos la semana pasada. Hoy podría conseguir entre 25 y 49 diputados. En la AN saliente, Le Pen tenía 8 diputados. Previsible crecimiento importante.

Los Republicanos (LR, derecha tradicional), consiguieron el 11,29% en la primera vuelta, el peor resultado de la historia del conservadurismo francés; hoy podría atrapar entre 42 y 62 diputados: una pérdida de poco menos de 100 diputados. Hundimiento histórico posible.

Se trata de una Asamblea Nacional que no tiene precedentes en la historia política del régimen, con novedades que complicarán mucho la gestión de los negocios públicos de Francia, en la escena nacional y en la escena europea. Macron quizá consiga una mayoría parlamentaria, absoluta o relativa. Sin embargo, el presidente y su Gobierno tendrán que negociar permanentemente todos proyectos con la ‘nube’ de grupúsculos que componen Juntos, la coalición gubernamental. Si la mayoría relativa fuese muy modesta, Macron tendría que negociar a muchas bandas con la derecha tradicional.

Mélenchon, el líder de NUPES, sigue esperando conseguir la mayoría en la nueva AN. Y aspira a imponer a Macron una cohabitación a todas luces explosiva, para Francia y para Europa. Las estimaciones solo anuncian un gran triunfo de NUPES, sin mayoría. Para oponerse a Macron, el partido de Mélenchon, La Francia Insumisa tendrá que negociar con los distintas componentes de su coalición: los restos de un Partido Socialista (PS) caído de hinojos en su histórica crisis de identidad; los despojos grupusculares del PCF, y las aspiraciones ‘independientes’ de los ecologistas de EELV.

Marine Le Pen, por su parte, aspira a convertir su extrema derecha en la primera fuerza de oposición contra Macron, y la primera fuerza de resistencia contra sus rivales de extrema izquierda. Durante los sesenta y cuatro años de historia de la V República, la extrema derecha de la familia Le Pen solo ha estado en la AN en dos ocasiones. Entre 1986 y 1988, tuvo 35 diputados. El partido lepenista puede convertirse hoy en una fuerza parlamentaria importante.

Con una dramática abstención prevista del 53%, Francia abrirá hoy una nueva página de su historia política, muy dividida, fragmentada y angustiada. El 70% de los jóvenes no votaron en la primera vuelta. Y no se espera que voten en la segunda: la juventud francesa ha dejado de creer en sus instituciones, partidos y sindicatos.

Diferentes escenarios

La extrema izquierda populista de Mélenchon se ha convertido en la fuerza mayoritaria en los suburbios, en la periferia de las grandes ciudades, recogiendo un voto de protesta global contra el régimen, con su propaganda agresiva contra Europa, la Alianza Atlántica y la mundialización liberal. Si Mélenchon consiguiese cohabitar con Macron rechazaría el ingreso de Ucrania en la UE, «hasta que Europa no armonice sus políticas sociales y salariales».

Si las estimaciones oficiosas se equivocasen y Macron tuviese que cohabitar con una mayoría parlamentaria dominada por la extrema izquierda populista de Mélenchon, la nueva página de la historia política de Francia correría el riesgo de convertirse en una pesadilla, nacional y europea.

Si las estimaciones oficiosas se confirmasen, y Macron consiguiera una mayoría parlamentaria, absoluta o relativa, la nueva página política nacional sería mucho más ‘tranquila’ y previsible, corriendo el riesgo del inmovilismo. El 2017, Macron prometía hacer una «revolución»: «Reformar Francia para refundar Europa». Cinco años más tarde, Macron se verá forzado a negociar a muchas bandas unas reformas pendientes que no pudieron realizarse durante los últimos cinco años. Veremos.

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