Depresión, ansiedad y precariedad laboral: el desolador panorama que define la vida de los jóvenes españoles
La salud mental de la juventud se ha deteriorado en los últimos años de manera preocupante, especialmente tras la pandemia, según El 'Barómetro Juvenil. Salud y Bienestar' de Fundación Mutua Madrileña y Fundación FAD Juventud
Urge proteger a los jóvenes españoles. Preservar su salud mental, facilitarles el acceso a tratamientos si lo requieren y velar por su futuro profesional deberían formar parte desde ya de la agenda política y social de los mandatarios y administraciones de este país. Y es que el 'Barómetro Juvenil. Salud y Bienestar', elaborado por la Fundación Mutua Madrileña y Fundación FAD Juventud y presentado este jueves, ofrece conclusiones desoladoras ya que los jóvenes aseguran que su salud física y mental es peor que hace cinco años, un deterioro que ya se observó en 2019 y que la pandemia ha agravado y prolongado.
«Escuchad a vuestros hijos, tended puentes», ha reclamado Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña durante la presentación del informe.
Y es que, tras haber entrevistado a 1.500 jóvenes españoles de entre 15 y 29 años, el estudio desvela que más de la mitad (56,4%) considera que ha tenido problemas psicológicos, psiquiátricos o de salud mental en el último año. Las mujeres, además, perciben que tienen un peor estado de salud que los hombres, con una diferencia de hasta 10 puntos porcentuales. Sin embargo, un 49% no pidió ayuda profesional porque económicamente no se lo pueden permitir (37,3%) o porque subestimaron el problema (34%) al creer que se solucionaría solo.
El 'Barómetro Juvenil sobre Salud y Bienestar' cuenta con dos ediciones anteriores, correspondientes a 2017 y 2021 con el fin de entender y atender el estado de salud de la población joven. Así, mientras que en 2017, el 86,7% de la juventud declaraba tener una buena salud, este porcentaje se ha reducido al 54,6% en 2021. Además, ha disminuido la búsqueda de ayuda profesional: si en 2019, el 59,5% la buscaba, en 2021 lo hizo solo el 50,8%. «Es muy grave», ha sentenciado Cooklin.
Con respecto a infravalorar los problemas de salud mental, las mujeres y los más jóvenes (15- 19 años) se decantan más por razones como la vergüenza o el coste. «Las enfermedades mentales todavía parecen un estigma social y no se cuentan», ha dicho el responsable. Por eso ha abogado por "mantener canales de comunicación fluidos y sinceros entre los más jóvenes y la infancia".
"Terriblemente revelador", ha continuado el director general de la Fundación Mutua Madrileña, es que la percepción de los problemas relacionados con la salud mental se han disparado: mientras que quienes reconocen haberlos tenido con «mucha frecuencia» en 2017 fueron un 6,2% de los jóvenes, esta cifra se ha elevado al 15,9% en 2021, especialmente entre las mujeres. Lo mismo ha sucedido entre quienes aseguran haberlos padecido «de vez en cuando» (37,5% en 2019 al 40,5% en 2021).
Del 37,5% de los jóvenes que reconocieron haber sido diagnosticados alguna vez por un profesional, fundamentalmente lo fueron por depresión (16,9%) y trastornos por ansiedad, pánico o fobias (16,5%). De hecho, la depresión es más frecuente entre los más mayores, el grupo de entre 25 y 29 años.
Ocho de cada diez ha sufrido con mayor o menor frecuencia algún síntoma de malestar emocional en el último año, siendo la tristeza, la apatía y los problemas de concentración los más frecuentes. Por sexo, además, hay diferencias notables: ellas experimentan la sensación de estar tristes, decaídas o desesperanzadas casi 20 puntos porcentuales por encima que ellos (66,3% vs 47,6%). En el caso de los chicos, además de la depresión y la ansiedad, destacan por problemas de estrés postraumático, los trastornos obsesivo-compulsivos y los trastornos por adicción a sustancias (13,8%, frente al 3,4% de ellas).
La sombra del suicidio
En el último año, el 35,4% de la juventud española ha experimentado al menos una vez o con cierta frecuencia ideas suicidas, cifra muy similar a la de 2019 (34,3%). También se observa un aumento en la ideación suicida con alta frecuencia, que ha pasado de un 5,8% en 2019 a un 8,9% en 2021.
Resulta también preocupante el cambio experimentado por el grupo de jóvenes de 15 a 19 años antes y después del COVID-19 que ha pasado de ser el que menos ideas de suicidio experimentaba y con menos frecuencia en el año 2019, a ser el grupo de jóvenes que más las experimenta y con mayor frecuencia en 2021. «Esto se está traduciendo en una realidad objetiva», ha señalado Cooklin, al recordar que los suicidios en los menores de 15 años se duplicaron en 2020, según el INE. Además, hay diferencias de sexos: entre ellas es más habitual experimentar ideas de suicidio pero la frecuencia con la que las experimentan es mayor entre los hombres (7,8% vs 9,6%).
El estudio también destaca el hecho de que uno de cada cuatro jóvenes (24,9%) haya consumido psicofármacos con o sin prescripción médica en el último año.
Futuro laboral
Otro problema añadido a todos estos datos tiene que ver con el contexto en el que viven. La precariedad laboral, el paro y los bajos salarios son las tres preocupaciones principales que siempre han ocupado los primeros puestos en los anteriores barómetros. La diferencia, ahora, es que la crisis originada por la pandemia motiva además que su mirada al futuro no sea optimista y que solo dos de cada diez (21,4%) piense que estos problemas mejorarán en el futuro. De hecho, uno de cada tres (32,3%) opina que empeorarán y un 40% que seguirán igual. El pesimismo es mayor en los chicos y chicas de mayor edad.
La juventud, además, no cree que la situación del país vaya a mejorar y por ello el 63% declara sentirse «muy o bastante estresado» con el trabajo o estudios mientras que un 51,4% declara que su situación económica le estresa. Las mujeres son, de nuevo, las más afectadas.
Discapacidad
El informe ha querido también contar con la opinión de los jóvenes discapacitados, para quienes el escenario es aún peor. Un 22,9% se sienten limitados por una discapacidad, de los cuales uno de cada cuatro experimenta limitaciones graves. A su vez, un 21,1% de los y las jóvenes afirman sentirse limitados por alguna enfermedad crónica y un 5,5% de jóvenes cuenta con un certificado de discapacidad o incapacidad (4,4% de las mujeres y 6,7% de los hombres).
«Hay que mirar también a los colectivos vulnerables porque no todos los jóvenes parten de la misma situación», ha recordado Anna Sanmartín, subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud.
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