El plan de austeridad energética de Italia para no depender de Rusia
El Gobierno Draghi quiere evitar la dependencia energética de Rusia y preparar al país por si Europa impone a Moscú el embargo de gas
A partir del uno de mayo se inicia la «operación termostato», limitando las temperaturas del aire acondicionado en verano y radiadores en invierno en las administración públicas y escuelas, con la posibilidad de extenderlo a particulares y alumbrado público
Mensaje de Draghi a los italianos: «La paz vale sacrificios»
El Gobierno de Mario Draghi revolucionará algo el verano y el invierno de los italianos, pues tendrán un poco menos fresco en el estío y menos calor en invierno. Con ello se pretende ahorrar unos 4.000 millones de metros cúbicos de gas y depender menos de Rusia, país del que se importan 30.000 millones de metros cúbicos de gas al año, el 40 % del consumo en Italia. El plan de ahorro energético se denomina 'Operación termostato', entrará en vigor el uno de mayo y durará hasta el 31 de marzo del 2023. De momento, se limita a las administraciones públicas y escuelas, pero el plan de austeridad se podría extender a particulares y alumbrado público.
El objetivo del Gobierno italiano es prepararse para la hipótesis de que Europa adopte la línea más dura en las sanciones contra Rusia: El embargo de gas
. Italia tiene reservas hasta octubre, pero el Ejecutivo no quiere correr ningún riesgo después del otoño. Para no tener problemas en invierno, Draghi ha decidido limitar el consumo a partir de ahora. Además, para no depender del gas ruso, el primer ministro italiano está estableciendo acuerdos para el suministro de gas con otros países, muy particularmente con Argelia.
Plan de austeridad
En las oficinas de los ministerios, entes locales y escuelas, la temperatura del aire acondicionado no podrá ser inferior a 27 grados, con un margen de dos grados. Es decir, en verano ninguna oficina pública puede tener una temperatura inferior a 25 grados. En invierno, el termostato de las máquinas de aire acondicionado o radiadores no podrá subir la temperatura en las oficinas públicas y escuelas por encima de los 19 grados. Hasta ahora, el límite estaba fijado en 20 grados. Aunque también en este caso hay dos grados de tolerancia, por lo que el máximo posible será de 21 grados.
Queda abierta, por ahora, la cuestión de los controles de las temperaturas y la posibilidad de extender las normas también a los particulares. Fuera de la operación de ahorro energético permanecerán los hospitales, residencias de ancianos y clínicas. Ya se han fijado las multas, entre 500 y 3.000 euros, para quienes no cumplan con la ley. En principio, los controles estarán a cargo de los inspectores de trabajo en las oficinas públicas.
«Al salir, apaga la luz»
En las oficinas, el 57% del consumo energético viene dado por la climatización. Según algunas estimaciones, cada grado menos permite ahorrar entre un 5% y un 10% del consumo. El porcentaje de ahorro depende de la zona climática (10 % para la más fría, como en Lombardía, al norte de Italia; 5 % para la más cálida, como Sicilia). Obviamente, también depende del aislamiento térmico del edificio.
Para el ministro de las Administraciones Públicas, Renato Brunetta, la «operación termostato» es una señal positiva. «Me recuerda -ha dicho el ministro- a mi madre que me decía: 'cuando salgas de la habitación, apaga la luz'. Tengo la intención de colocar paneles solares en los techos de un millón de edificios públicos, especialmente en las escuelas. No solucionaría la dependencia del gas ruso, pero tendría un enorme valor educativo».
La medida es apoyada por los partidos. Angela Masi, diputada del Movimiento 5 Estrellas, explica: «Es justo que la Administración Pública dé el ejemplo, reduzca el despilfarro y sensibilice a la ciudadanía para racionalizar el consumo. Esta es una manera fácil de ayudar a reducir las necesidades de gas».
Draghi: «La paz vale sacrificios»
El ahorro energético no se limitará seguramente solo al aire acondicionado y calefacción en los edificios públicos. El gobierno de Draghi también está pensando en medidas para viviendas particulares y la reducción del alumbrado público en los municipios. Esto significaría menos farolas encendidas en las calles. En efecto, el Ejecutivo está evaluando la inclusión de una regla para limitar la cantidad de farolas encendidas y las horas de iluminación. Siguiendo la misma lógica, el encendido de la luz en las áreas comunes de edificios privados podría reducirse.
Desde luego, si el ahorro no mejora con las primeras medidas que se inician en mayo, el gobierno pediría la colaboración de los ciudadanos y extendería la «operación termostato» a particulares y alumbrado público. De hecho, el primer ministro, Mario Draghi, ya la ha pedido. El pasado 6 de abril, Draghi llegó a decir en una rueda de prensa que hoy la Unión Europea debería preguntarse si el precio del gas se puede canjear por paz, y luego hizo esta pregunta provocadora que difícilmente olvidarán los italianos: «¿Qué preferimos? ¿Paz, o estar tranquilos con el aire acondicionado encendido todo el verano?».
La sentencia de Draghi sobre el dilema entre la paz y el aire acondicionado causó cierta polémica. Por eso, el primer ministro se vio obligado a dar una explicación a los italianos: «Quería enviar dos mensajes que creo que son importantes. El primero, simbólico: la paz vale sacrificios. La segunda, más factual: el sacrificio, en este caso, es contenido, igual a unos grados de temperatura más o menos. La paz es el valor más importante, independientemente del sacrificio, pero en este caso el sacrificio también es pequeño», dijo Draghi al Corriere, el pasado domingo, en la primera y única entrevista que ha concedido desde el 13 de febrero de 2021, fecha en que asumió la jefatura del Gobierno de unidad nacional por encargo del presidente Mattarella.
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