Dimite la ministra alemana que estaba de fiesta en Mallorca y regresó a hacerse la foto en las inundaciones
Ursula Heinen-Esser interrumpió sus vacaciones el pasado verano para visitar y dejarse fotografiar en la zona de la catástrofe, que dejó 229 muertos y un montón de casas enterradas, pero después regresó a la isla balear para proseguirlas
Celebrar un cumpleaños con amigos y familiares por todo lo alto es un exceso relativamente comprensible. Llevarte a toda la familia y a un gran grupo de amigos desde Alemania a Mallorca para celebrar tu cumpleaños mientras tus vecinos lloran las pérdidas humanas y materiales causadas por una gran inundación denota una destacable indiferencia hacia el sufrimiento del prójimo y una escalofriante falta de empatía.
Pero si el que sopla las velas en esa situación es además miembro del gobierno, se trata de un comportamiento totalmente inaceptable y que, como tal, ha llevado a la dimisión de la ministra regional de Medio Ambiente de Renania del Norte-Westfalia, Ursula Heinen-Esser. Estaba en la isla cuando se produjeron las inundaciones del pasado julio, que causaron 229 víctimas mortales, daños materiales por valor de unos 2.500 millones de euros y enterraron en barro tanto viviendas como medios de vida de millones de personas.
Heinen-Esser interrumpió sus vacaciones, de las que disfrutaba en su segunda vivienda en Mallorca, y tomó un vuelo a Alemania. Visitó zonas de catástrofe y se dejó fotografiar, pero pocos días después volvió a Mallorca para continuar con su verano y celebrar la fiesta que llevaba meses planeando.
Mientras la televisión alemana seguía ofreciendo imágenes de miles de familias que habían quedado sin hogar, mientras los bomberos seguían asistiendo a las 200.000 viviendas que habían quedado sin luz y se recuperaban cadáveres arrastrados por la corriente hasta Roterdam, a 250 kilómetros del punto de desaparición, Heinen-Esser escuchaba el tradicional ‘Zun Geburtstag viel Glück’ en las distinguidas voces de medio gabinete regional, que se había trasladado a Mallorca para la celebración. Estaban presentes la ministra de Vivienda y Construcción, Ina Scharrenbach, y el ministro de Europa, Stephan Holthoff-Pförtner. También su amigo Serap Güler, de Colonia, que en ese momento era secretario de Estado de Integración en el gobierno regional y que hoy ocupa un escaño en el Bundestag. El diario ‘Kölner Stadtanzeiger’ fue el primero en informar sobre la reunión y las elecciones regionales, convocadas para el 15 de mayo, han servido de hervidor.
La prensa alemana lo ha llamado el 'Mallorcagate'
Ella ha alegado que estaba igualmente disponible y que siguió gestionando por teléfono, pero la oposición se lanzó a la yugular y apenas soportó la presión un par de semanas. «He descubierto que no puedo transmitir al público mis acciones del verano pasado», justificó en su breve anuncio de dimisión, una comparecencia de dos minutos de duración en la que dejó entrever cierto reproche por la falta de «comprensión», como si la gente no quisiera entenderla, como si alguien que no tuvo la culpa del desastre estuviera siendo ahora víctima de una injusticia por el hecho de haber organizado, en paralelo a sus responsabilidades públicas, lo que denominó «un evento familiar».
Dijo que quiere evitar daños a la institución y formalizó su salida del gobierno. Solo unas horas antes, había sido convocada al despacho del presidente regional, el conservador Hendrik Wüst, al que había presentado su renuncia. Wüst la aceptó. Si el 'Mallorcagate', como se refiere al asunto la prensa alemana, tendrá o no consecuencias en las elecciones regionales, es todavía difícil de predecir, pero al menos, el próximo verano, en los actos conmemorativos del desastre, un año después de la pesadilla, Heinen-Esser no estará presente en calidad de representante público de las víctimas.
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