ESTA ES LA NUEVA SOCIEDAD.
Los niños nacen indefensos, pero ahí estarán sus padres para ir paso a paso, lento, insistentes y consistentes en educación y cuidado. Todo sale, fluye sin más contratiempos que las dificultades de la vida misma (conciliación familiar, enfermedades, gastos y economía justa o que no llega por falta de ayudas estatales como en otros países de nuestro entorno); aquí hay que hacer mención especial a los que luego hablaremos de ellos (los abuelos), sin ellos, la mitad de niños serían pobres de solemnidad. También forman parte de ese cuidado y educación los maestros, que también, con esa ley del Menor, les quitaron potestad y autoridad. No es un camino de rosas, pero por los niños haremos lo que sea, hasta mal educarlos (sin disciplina, sin esfuerzo, sin obligaciones, sin respeto y sin valores) pensando que hacemos lo mejor para ellos.
Ahora viene la parte contratante de la otra parte: Los abuelos. Aquí, todos perdemos la memoria, no solo ellos por la edad. Aquí, todo suena más a espinas que a rosas. Después de los niños, el colectivo más vulnerable son los ancianos, en la mayoría de casos (hablo del tiempo actual, ya que existieron en otro tiempo, y todavía existen en algunos países, etnias o pueblos, donde el respeto por la edad tiene un plus) ahora no, ya los hijos e hijas, los nietos y nietas (esos mismos donde los abuelos invirtieron todo, en esos últimos años de su vida que les quedaban para viajar y disfrutar, los prefirieron dedicar a ayudar y cuidar nietos), esos que luego los dejarán abandonados, preferirán pasear y llevar de vacaciones al perrito que al abuelito o abuelita.
Tampoco la sociedad y las administraciones son justos con ellos. Sabedores de que todos seremos viejos, es de imbéciles y mentecatos no regular; ahora que se sacan leyes como churros para todo, se necesita una ley de protección de las personas mayores.
Las administraciones, la sociedad, la familia, lo vimos ahora con la pandemia, la cobardía mostrada por todos es de verdadero escándalo y desvergüenza. Se los dejó morir como perros en las residencias y solos en casa. No solo eso, se llegó en algunas comunidades a decretar protocolos donde no se les permitía ingresar en los hospitales, ¿ven crueldad mayor permitida por todos? Los culpables están por ahí dando lecciones sin que fiscalías, sociedad y familiares presenten una querella criminal contra los responsables de esa canallada, propia de un exterminio en toda regla.
¿Aprendimos la lección? Para nada, todo sigue igual, siguen las mismas residencias, "cementerios vivientes", haciendo negocio con la vejez. Todo permitido desde nuestras administraciones.
Con la edad se pierden facultades físicas y mentales, al encontrarse solos y, a la velocidad que avanza el mundo tecnológicamente, todo eso añade un plus más de indefensión: solos, sin salud, sin recursos y sin dignidad. ¿Qué hacemos por ellos? Facilitarles la muerte (eutanasia) en vez de apoyo económico y moral para seguir viviendo, les mostramos el camino de la desconsideración y desprecio.
Resumiendo: sociedad putrefacta, carente de valores, solo tienen cabida los fuertes, sanos y jóvenes. Mal porvenir pata ancianos y niños, ya no hay tiempo para ellos, solo para uno mismo, desprendemos: desprecio, egoísmo, insolidaridad, cobardía y poca vergüenza.
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