Muere Carlos Menem, el expresidente que marcó la década de los 90 en Argentina
Falleció a los 90 años en el hospital Los Arcos, en la localidad bonaerense de Palermo. El presidente argentino, Alberto Fernández, decretó tres días de luto nacional.
Sin embargo, al terminar su mandato, en 1999, la economía sufría en Argentina un enorme retroceso, con altos índices de paro y pobreza. Dos años después llegaría el caos social y económico, que dio la vuelta al mundo y que empezó con lo que se conoció como «Corralito» y la sucesión de cinco presidentes en tan solo once días.
Menem consiguió modificar la Constitución a través del llamado Pacto de Olivos, con el radical Raúl Alfonsín, gracias al que consiguió la reelección en 1995. Con diez años de mandato intentó seguir gobernando pese a que legalmente no podía hacerlo. Durante su presidencia se produjeron los peores atentados en el país: contra la Embajada de Israel, en 1992 y la Asociación Mutual Israelita Argentina, más conocida como AMIA.
El actual presidente argentino, Alberto Fernández, mostró su pesar por el fallecimiento de su antecesor en el cargo. En su cuenta de Twitter, escribió: «Con profundo pesar supe de la muerte de Carlos Saúl Menem. Siempre elegido en democracia, fue gobernador de La Rioja, Presidente de la Nación y Senador Nacional. En dictadura fue perseguido y encarcelado. Vaya todo mi cariño a Zulema, a Zulemita y a todos los que hoy lo lloran».
Polémica vida privada y muerte de su hijo
La vida privada de Carlos Menem no estuvo tampoco exenta de polémica. Uno de los mayores escándalos en la historia de las presidencias del país se produjo cuando el expresidente, el 12 de junio de 1990, ordenó que su esposa, Zulema Yoma, y sus hijos Carlos Jr. y Zulemita abandonaran la residencia.
Otro terrible suceso relacionado con Menem fue el de la muerte de su hijo, el 15 de marzo de 1995, en un accidente de helicóptero; tenía solo 26 años. Su madre, Zulema Yoma, aseguró que se trató de un atentado. Su padre terminó apoyando la misma teoría años más tarde..
D.E.P Y QUE DIOS LO ACOJA.
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