La inteligencia occidental seguía los pasos del espía ruso detectado en Cataluña
El general Denís Serguéiev realizó actividades subversivas en una decena de países y se le vincula con dos intentos de asesinato.
El general Denís Serguéiev, el espía ruso que viajó a Barcelona en 2017 en vísperas de la consulta ilegal del 1-O, realizó operaciones subversivas en una decena de países de Europa y Asia. Con el nombre falso de Serguéi Fedótov, este agente vinculado a la Unidad 29155 fue detectado en Reino Unido y Bulgaria, donde servicios de inteligencia occidentales le vinculan con sendos intentos de asesinato. La Audiencia Nacional lo investiga ahora, como adelantó este jueves EL PAÍS.
Denís Vladislávovich Serguéiev es un veterano del Departamento Central de Inteligencia (GRU, en sus siglas en ruso), el servicio secreto de las Fuerzas Armadas rusas. Con rango de general, el agente operó durante al menos una década en distintos países. Al principio con su verdadera identidad; después como Serguéi Fedótov. Con ese nombre fue detectado en Bulgaria o Reino Unido. Ahora, la Audiencia Nacional investiga a este agente (definido como “peligroso”) y su supuesta relación con los sucesos de Cataluña, en el marco de los intentos de Rusia por desestabilizar a los países de su entorno.
Nacido en 1973 en Usharal, una pequeña ciudad militarizada en lo que hoy es Kazajistán, según investigaciones periodísticas, Serguéiev está casado y tiene una hija. Sirvió en el Ejército en Siberia hasta que fue transferido a Moscú. Allí se inscribió en la Academia Diplomática Militar de Élite, conocida como El Conservatorio, el granero del GRU. Desde entonces, se convirtió en un oficial de alto rango, ubicado en el primer nivel de los servicios de inteligencia militar, aquellos que operan con su identidad normal pero con cierta cobertura. La suya fue la de gerente o accionista de al menos ocho empresas rusas.
En 2010 se le dio una nueva identidad: Serguéi Fedótov. Con ella operó en Europa, Asia y Oriente Próximo, según los servicios de inteligencia occidentales que han seguido sus pasos en los últimos años. En 2015 estaba en Bulgaria cuando el comerciante de armas Emilian Gebrev sufrió dos intentos de asesinato. En 2016, antes y después del referéndum del Brexit, fue detectado en Reino Unido, según apunta una investigación a fondo realizada por los medios especializados Bellingcat, The Insider y Respekt.
El rastreo del nombre falso que utilizaba en la base de datos PNR (Registro de Nombres de Pasajeros, en el que las compañías aéreas deben grabar la información sobre todos sus viajeros) desveló también dos viajes a Barcelona. En el primero, Fedótov llegó a la capital catalana el 5 de noviembre de 2016 y, tras permanecer seis días, voló de regreso a Moscú vía Zúrich. El segundo se produjo casi un año después, el 29 de septiembre de 2017, solo dos días antes del referéndum ilegal del 1-O. En aquella ocasión, el oficial ruso permaneció en España hasta el 9 de octubre, para regresar a Moscú vía Ginebra. No hay constancia de más visitas a España.
Apenas se sabe nada de él desde marzo de 2018, poco después del envenenamiento en suelo británico del exespía ruso y colaborador de la inteligencia británica Serguéi Skripal y su hija, Yulia. Informes de inteligencia creen que Serguéiev fue quien supervisó la operación fallida contra Skripal. También señalan que los operativos pertenecen a un grupo dentro del GRU (conocida como Unidad 29155) destinada a operaciones en el extranjero de especial sensibilidad.
Entonces, la investigación británica identificó en primer lugar a los dos presuntos autores del asesinato fallido, Anatoli Chepiga y Alexander Mishkin, que también habían utilizado identidades falsas durante su estancia en ese país. Más adelante, puso nombre al tercer integrante del grupo, Serguéiev, según publicó Bellingcat.
Según fuentes cercanas a la investigación abierta en España, esta información ha sido incorporada al sumario abierto recientemente por el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, que se mantiene bajo secreto y cuya existencia fue desvelada este jueves por EL PAÍS. Las pesquisas las lleva la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, especialista en la lucha antiterrorista. La investigación, aún en una fase incipiente, apunta a que las maniobras del espionaje ruso en Cataluña no estaban coordinadas con los independentistas, sino que su objetivo era desestabilizar España aprovechando la crisis.
Félix Arteaga, investigador principal del Real Instituto Elcano, asegura que las actividades del grupo de Serguéiev encajan con “el patrón de actuación rusa” en Europa. Arteaga recalca que desde 2014 los diferentes servicios secretos de ese país han expandido sus actuaciones en el exterior: “Han pasado de acciones encubiertas para conseguir información a otras más abiertas con el objeto de exhibir capacidad de influencia”.
Borrell sostiene que sí coopera con Moscú
El ministro de Exteriores en funciones, Josep Borrell, arremetió este jueves duramente contra las informaciones divulgadas por EL PAÍS. “Todo lo que se refiere al Ministerio de Exteriores es pura patraña”, descalificó el ministro, que llegó a hablar de “fake news” para referirse a la información sobre la renuncia de España a cooperar con Moscú en el terreno de la desinformación. Borrell, alto representante electo para la Política Exterior de la UE, hizo estas declaraciones en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Madrid, según informa Juan Navarro. Pese a todo, un portavoz de la Oficina de Información Diplomática admite que el grupo de trabajo para colaborar en la lucha contra la desinformación que se pactó con Rusia hace un año no se ha creado ni se creará, como informó este jueves este diario. Pero ese hecho, según este responsable, no implica que España no coopere con Rusia en el combate contra las noticias falsas. La cooperación existe —en forma de diálogo y de intercambios—, aunque no con equipos de trabajo conjuntos. La última ronda de consultas entre España y Rusia se celebró el pasado 15 de noviembre.
TODO ES UNA TRAMPA Y TODOS MIENTEN.
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