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sábado, 30 de noviembre de 2019

IÑAKI URDANGARIN YA BLANQUEÓ EL DINERO SUSTRAIDO

Iñaki Urdangarin volverá a celebrar las fiestas con su familia

Después de más de 530 días en prisión, el cuñado del Rey ha solicitado un primer permiso de una semana.

Lo peor ya ha pasado para Iñaki Urdangarin (51). La pesadilla en la que se convirtió su vida hace ocho años, después de vivir un cuento de hadas, empieza lentamente a despejarse. Después de pasar más de 530 días en prisión, el marido de la Infanta Doña Cristina (54) ha solicitado para los próximos días un primer permiso carcelario de siete días, derecho que tiene cualquier preso clasificado en segundo grado una vez cumplida la cuarta parte de su condena, como es su caso desde el pasado jueves. La respuesta a su petición la conocerá la próxima semana. Dada su buena conducta, es muy probable que le concedan el permiso, aunque podrían reducirle el número de días, ya que lo habitual es que la primera salida sea de tres o cuatro días.
Como cualquier otro preso de su clasificación, solo podrá pedir 36 días repartidos a lo largo del año, 18 por semestre y con un máximo de siete seguidos, pero estas salidas suponen un respiro, para él y para su familia, y un paso más hacia la progresiva normalización de su vida.
Todo parece indicar que Urdangarin ha pedido su primer permiso para disfrutar con su familia parte de las próximas fiestas navideñas, unas fechas que siempre, desde que se casó en 1997, ha pasado junto a su mujer y después con sus cuatro hijos, Juan (29), Pablo (18), Miguel (17) e Irene (14), excepto el año pasado, cuando pasó las fiestas solo en su celda de la cárcel de Brieva (Ávila). Fueron unas Navidades especialmente duras para Urdangarin, ya que, al haber elegido el módulo masculino de una cárcel de mujeres, en el que cumple pena en solitario, ni siquiera pudo «celebrar» las fiestas con otros internos.
La Infanta y sus hijos le visitaron el 23 de diciembre en prisión y después pasaron la Nochebuena y la Navidad en el Palacio de La Zarzuela con la Familia Real y los familiares del Rey. En la segunda etapa de las fiestas, Nochevieja y Año Nuevo, la Infanta se desplazó a Vitoria junto a su familia política.
Doña Cristina, que sigue viviendo en Ginebra con sus hijos menores, no celebraba las fiestas navideñas en la residencia de los Reyes desde 2013, cuando se intensificó el alejamiento institucional por el caso Nóos. En aquellos momentos, la Casa del Rey quiso marcar distancias con Doña Cristina y su marido con el fin de no interferir en el proceso judicial. Algunos sectores ponían en duda que el pariente del Rey fuera condenado a prisión, y utilizaban el caso Nóos para erosionar a la Corona y atacar al sistema. Hace un año, las circunstancias cambiaron porque la Infanta había sido absuelta y Urdangarin ya estaba cumpliendo la pena de cinco años y diez meses de prisión que le impuso el Tribunal Supremo, de manera que no había ninguna razón para mantener el alejamiento con Doña Cristina. Por el contrario, la reacción de la Familia Real fue arropar a la Infanta y a sus hijos, que estaban atravesando uno de los momentos más dolorosos de su vida con Iñaki en prisión.

Viaje a Vitoria

Lo habitual es que el primer permiso carcelario no exceda de tres o cuatro días, si incluye un desplazamiento largo, aunque en su caso, al coincidir con las fiestas navideñas, podría alargarse hasta un máximo de siete días. Además, entre permiso y permiso debe transcurrir un mes, por lo que Urdangarin deberá elegir qué fechas navideñas prefiere pasar con su familia: la Nochuebuena y la Navidad, o la Nochevieja y el Año Nuevo. Elija la fecha que elija, lo más probable es que el marido de la Infanta pida permiso a la Junta de Tratamiento del centro para desplazarse a Vitoria, donde su madre, Claire Liebaert, de 84 años, suele reunir a toda la familia.
Una vez recibida la solicitud de Urdangarin, la Junta de Tratamiento responderá la próxima semana si ha concedido o no el permiso, y de cuántos días, y si el interno no está de acuerdo podrá recurrir al juez de Instituciones Penitenciarias. No obstante, en el caso del marido de la Infanta no se aprecian razones para que se deniegue la salida, ya que mantiene una buena conducta y no presenta riesgo de fuga o reincidencia. Urdangarín cumplirá 52 años el próximo 15 de enero y podrá pedir un nuevo permiso para celebrarlo fuera de la cárcel. Aparte de estos 36 días, podrá pedir permisos extraordinarios ante situaciones extraordinarias o sobrevenidas.
Además, como cualquier preso de su mismo régimen, el marido de la Infanta puede recibir una visita a la semana de cuarenta minutos, realizar diez llamadas telefónicas a la semana de cinco minutos cada una y mantener un vis a vis al mes de hasta tres horas. Desde el pasado septiembre, Urdangarin también acude dos días a la semana, durante ocho horas, a una residencia de personas con discapacidad intelectual, el centro Hogar Don Orione, situado en Pozuelo de Alarcón, donde ejerce tareas de voluntariado. Los responsables del centro están muy satisfechos con su trabajo y su actitud.
Si algo ha quedado claro en todo este tiempo es que el matrimonio de la Infanta y Urdangarin es un matrimonio a prueba de fuego, y que ni los más de 17 meses que él lleva en prisión ni las dificultades que ambos han tenido que superar desde que estalló el caso Nóos, en noviembre de 2011, han logrado erosionarlo lo más mínimo.
Y LA RESTITUCIÓN DEL DINERO QUÉ?

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