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domingo, 17 de noviembre de 2019

CARTA SOBRE LA SITUACION ACTUAL DE ESPAÑA

 
 
CAMINANDO HACIA EL CAOS.
«El precio es España. Por no saber defenderla, Rajoy se la ha entregado a sus peores enemigos. Los peores enemigos de España son todos españoles, con algún argentino mezclado entre ellos. Un sector del PSOE, el deZapatero y Sánchez, odia a España. En Podemos, el odio es más intenso, como en las menguadas huestes de Garzón. Y para ser presidente del Gobierno, Sánchez ha vendido a España a los independentistas catalanes, los independentistas vascos y a los herederos de los terroristas de la ETA y Grapo. Es decir, que se ha lucido Sánchez para ser Presidente del Gobierno del Estado que desea destruir.

Me preocupa, y mucho, la sonrisa permanente de su asistenta Margarita Robles, la silbante resentida de los papos asimétricos. Ella ha sido la que nos ha anunciado el retorno a las políticas de Zapatero. Me preocupa el júbilo de Monedero, el de los 400.000 euros, y el de los dueños del chalé. Pero no es la preocupación lo que me domina. Me manda el asco. Me siento asqueado por ser parte y vida de una nación maravillosa tan repentinamente poblada de indeseables. De traidores, de resentidos, de envidiosos y de enemigos de su integridad.

Me asquea que los votos chantajistas y chantajeados del 0,6% de los españoles pueden determinar el Sí o el No en una moción de censura de un Parlamento que representa a veinte millones de votantes. Me asquea que ese 0,6 % de los eternos traidores del PNV, que han sobrevivido siempre gracias al dinero que han percibido a cambio de sus coacciones institucionales, pueda ser el principio de una definitiva puesta en marcha del independentismo. Me asquea el odio a España de unos españoles que aprendieron a odiar el mismo día de su llegada a este mundo. Y que no han querido moverse de la aldea, de la aldea donde se enseña a mentir, a falsear y a vomitar sobre la realidad de España.

Tenía pensado extenderme con Sánchez. No lo merece. Es el típico hortera de bolera americana y salón de masajes que aprovecha todas las cloacas para unirlas en torno a su persona. En esa labor es hábil. Pero no merece la pena Sánchez. No del todo es Sánchez culpable. Todo empezó con los complejos de inferioridad en la transición. Complejos de la UCD. Con los años finales del socialismo de Felipe González. Con la soberbia, la entrega al nacionalismo catalán de Pujol, protagonizada por Aznar, el que se sabía rodear de los mejores. De los mejores ladrones, quiero decir. Con el desastroso período de Zapatero. Con la corrupción heredada que no ha querido atajar Rajoy. Con el PSOEenfangado hasta las cejas con sus ERE. Con la reaparición del estalinismo en España, y la exaltación de la venganza. Con unos políticos que se han aplicado en restaurar la guerra finalizada ochenta años atrás.
Siento asco, y ellos son culpables, hacia todos los que han colaborado en que esto que hoy sucede, haya ocurrido. Los ladrones del dinero público y del dinero privado. Los antiespañoles que sólo respetan a España cuando España los financia. Los empresarios de la codicia desmesurada y la impostura desmedida. Los obispos catalanes que apoyan la independencia. Los periodistas que obedecen a sus empresarios, tan difíciles de obedecer porque la mayoría no se sabe por dónde andan y a qué se dedican.

Siento asco que una tierra única, en su Historia y su aventura, en su heroicidad y su trabajo, esté en manos de una generación de auténticos sinvergüenzas, vagos, arribistas, traidores e ignorantes.

Permítaseme el desahogo. No es una crítica. Es un llanto. España se merece a España, pero no a tanto hijoputa reunido en este primer tramo del siglo XXI. Antes los buenos españoles eran más. Hoy sabemos dónde están los buenos. Es de esperar que no sea necesario recordarles que lo son. ¿Cómo te pueden odiar tanto, España?

España está inmersa en un golpe de Estado. Los golpistas están en el Gobierno, en Podemos, en el comunismo, en lo que queda de la ETA, en el nacionalismo y en el separatismo. Pero el golpe de Estado está triunfando gracias a muchos y muy principales grupos de la comunicación, televisiones, radios, periódicos y confidenciales. Lo que pretende Sánchez con el asesoramiento de Echenique de pulverizar mediante un Decreto Ley la fuerza democrática del PP en el Senado, es el principio del fin. Del fin de la libertad. Del camino abierto hacia la ruina y la miseria, la copia de Venezuela. Lo de Franco es el guiñol para entretener a los tontos. El golpe de Estado se dibuja cada día que pasa con mayor precisión. Ni Zapatero se atrevió a eliminar la libertad de expresión en RTVE, ni a ordenar a una comisaria política afín a Podemos la exterminación de grandes e independientes periodistas. Rosa María Mateo aplica sin piedad las órdenes que recibe. Jamás creó nada. Fue una buena y agradable lectora de las noticias que le escribían sus compañeros. Y lo hacía muy bien. Nadie se atrevió a pensar que bajo esa máscara de simpática elementalidad se movía tan descarado resentimiento. Derrotar la fuerza de los votos en el Senado para impedir el veto del Partido Popular, que obtuvo más de dos millones y medio de votos que los socialistas es un golpe de Estado. Pero no se comenta en los informativos.

Impedir que la Guardia Civil y la Policía Nacional cumplan con su deber en las fronteras de Ceuta y Melilla y arriesguen sus vidas y su integridad física por bandas de invasores perfectamente armados y organizados, es un golpe de Estado. Una voluntaria cesión de la Ley y la autoridad en beneficio de quienes buscan que sólo su ley sea la vigente y sólo su autoridad la imperante. El comunismo, que así se llama, hoy representado por una abrumadora minoría de los votos de los españoles. Golpe de Estado.

El envoltorio, el papel de celofán brillante y atractivo para los golpistas y los incautos, es el cadáver de Franco. Pero en el interior del envoltorio está la amenaza. España está a un paso de convertirse en una nación pre-bananera, que dará paso a una República dictatorial de izquierdas. Y Europa en babia. Un Gobierno que no respalda a sus jueces es un Gobierno que desprecia las leyes en vigor. Y resulta curioso que la estrategia para alcanzar la República se desarrolle mediantes Reales Decretos. El Rey, cumpliendo estrictamente con sus atribuciones y obligaciones constitucionales puede ser el protagonista de la más extravagante paradoja. Que su firma en un Real Decreto abra las puertas de la Tercera República, que será mucho peor que las dos anteriores.

Pero lo más sorprendente es la complicidad silenciosa de la mayor parte de los medios de comunicación, públicos y privados. Mucho Franco, que lleva muerto 43 años, mucho envoltorio, mucho debate, y del golpe de Estado, nada de nada. Ola de calor, maltrato de género en Almería, Trump en el abismo, al Real Madrid le falta un delantero y al Barcelona le sobra un centrocampista. Y bla, bla, bla. Pero de los planes golpistas, del amparo a los invasores en perjuicio de los españoles que pagan sus impuestos, de la pertinaz campaña para desprestigiar a la Corona, la Institución que nos devolvió la libertad y nos colocó en pocos años en el mundo libre, la Monarquía que garantiza la unidad de todos los territorios que conforman la nación española, nada de nada. Todo responde a un gélido e inteligente plan de demolición de la Constitución Española para ser sustituida por una cloaca con pretensión legal, redactada en bolivariano, el mal acento del idioma de la quiebra, la cárcel y la tortura.

España está inmersa en un golpe de Estado, pero lo importante es conocer lo que opina Lopetegui. Si alinea de titular a Navas o a Courtois.

O se reacciona a tiempo, o las consecuencias serán dramáticas. Elecciones ya.

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