La semana pasada empezaba esta página con dos noticias, una negativa, la intervención de Banco Madrid por presunto delito de blanqueo de capitales, y otra positiva, las negociaciones muy avanzadas de Banco Sabadell para la compra del británico TSB. Hoy seguiré con ellas.
En el caso de Banco Madrid si la situación era nefasta hace dos semanas, ahora es desesperada. La decisión del FROB condena a la entidad a su liquidación. Ahora el juez abrirá un proceso de concurso de acreedores y sus activos serán vendidos para que la larga lista de acreedores pueda recuperar parte de sus inversiones o ahorros. De ellos, y por primera vez en España, 500 clientes de esta lista con depósitos que superan los 100.000 euros podrían perder parte de sus ahorros al no estar protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), lo mismo que los familiares y directivos del banco.
Y también por primera vez en la banca española se habla de un corralito en los depósitos, algo que espanta a los inversores, y todo por un banco con un tamaño mínimo, al que el lunes pasado el FROB decidió bloquear las salidas de fondos.
Qué iluso parece ahora la impresión que tenían tanto el consejo de Banco Madrid como el Banco de España (el servicio de prevención del blanqueo de capitales, Sepblac, solo entrega un informe al interesado, no al supervisor) al considerar que si la inspección del organismo dependiente de Economía no había dado señales de vida en septiembre de 2014 desde el 23 de mayo, fecha en la que había terminado su inspección a Banco Madrid, era una buena señal. “Si el Sepblac hubiera detectado alguna irregularidad destacada, y más tras haberse conocido que la familia Pujol tenía depositados cuentas en su casa matriz, el andorrano BPA, se habría sabido ya”, pensaban en las dos instituciones en septiembre cuando el Banco de España realizó una visita rutinaria a Banco Madrid.
Y mientras que el futuro de Banco Madrid se va diluyendo como un azucarillo en el agua, Banco Sabadell acelera la compra del británico TSB y pasa a convertirse en una entidad con un negocio diversificado. Todo en las mismas fechas. Con esta operación el sector financiero español se convierte en el primero en iniciar el proceso de las operaciones corporativas transfronterizas tras la entrada en vigor de la supervisión única europea con el BCE como lazo de unión. CaixaBank con la compra del 100% de BPI si finalmente lo consigue, y Sabadell con el británico TSB, también si finalmente, y parece que sí, lo consigue.
Y siguiendo con el sector financiero, el pasado 17 de marzo la AEB y los sindicatos celebraron su segunda reunión para llegar a un acuerdo en el convenio de banca. A diferencia de lo que ocurre en ahorro, a los bancos parece que no les preocupa liberalizar el horario de sus entidades, les interesa más rebajar costes, o lo que es lo mismo negociar sobre los salarios, las categorías laborales y la movilidad geográfica. Bueno, sí hay una parte curiosa de las jornadas que los bancos quieren cambiar. Quieren suprimir los cinco días más de vacaciones que tienen los trabajadores canarios del sector que trabajan en la península.
Al parecer históricamente los canarios han disfrutado de casi una semana más de vacaciones al considerar que lo normal era que fueran en barco a Canarias cuando cogían su permiso y volvían en el mismo medio de transporte cuando regresaban. Total que cinco días más. Ahora la banca considera que ya no tiene ningún sentido esta ampliación vacacional, además de suponer un agravio comparativo con sus compañeros de la península, o eso dicen.
Eso sí, pretenden suprimir las pagas por beneficios y por antigüedad, que en caso de BBVA, Santander y Popular llegar a las tres pagas y tres cuartos (entre 6.000 a 15.000 euros al año dependiendo del banco, la antigüedad y la categoría laboral), y de dos y tres cuartos en Sabadell y Bankinter.
Además, la AEB, patronal de la banca, pretende crear nuevas categorías (ahora hay 8, que es la más baja) para dar entrada a los más jóvenes con un menor sueldo que el vigente en la actualidad que ronda entre los 20.000 a los 25.000 euros. Pero sin renunciar a que los nuevos empleados sean universitarios.
Una de las reivindicaciones sindicales es que se consolida que la parte salarial variable esté referenciada a lo que se denomina RAE (resultados por la actividad de explotación o lo que es lo mismo a los beneficios recurrentes, sin provisiones ni atípicos) de forma individual. También piden que se referencie las subidas anuales al PIB. Pero los bancos parecen contrarios a estas iniciativas. No quieren referencias al PIB ni quieren un RAE individual, prefieren que se marque un porcentaje para todo el sector.
Y para terminar también como la semana pasada. Los inspectores del Banco de España cumplieron sus amenazas al lanzar un duro comunicado contra la política de comunicación del supervisor en el caso Bankia. No son buenos tiempos para esta institución, que desde hace algunos años se ha convertido en el pin pan que recibe todos los golpes de lo que ocurre en el sistema financiero. Su distanciamiento con Economía se deja traslucir en todo momento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario