Libre, abierto y basado en Linux. Esta fórmula hábilmente combinada y con el poderoso patrocinio de Google, tenía todos los boletos para ser un éxito seguro. Y vaya que sí lo fue. En octubre de 2008 vio la luz el primer Android del mundo, un HTC Dream, y desde entonces hasta nuestros días, la plataforma móvil de Google se ha hecho con el grueso del mercado de los dispositivos móviles. No se trata de una posición predominante, sino de un dominio apabullante, hasta el punto que la plataforma suma más usuarios que iOS, Windows Phone e incluso OSX combinados.
Pero hay matices, y de calado. El primero, que Google no consigue rentabilizar al máximo su plataforma y de hecho, iOS con su minúsculo share se lleva el grueso de los ingresos del mercado. El segundo, y muy relacionado con el primero, la fragmentación: Google no consigue consolidar las sucesivas versiones de Android y la última, Kit Kat, no llega al 21% cuando está a punto de alcanzar el año en el mercado. Pero hay otro problema añadido en la plataforma y de difícil solución: Google ha comenzado a fagocitar a los fabricantes que en su día optaron por la plataforma.
De esta manera se entiende que desde Mountain View se vea con buenos ojos la masiva entrada en la plataforma de móviles chinos de coste bajísimo y que se han convertido en una seria amenaza para los grandes de Android
De hecho, este movimiento comenzó hace ya tiempo con la compra de Motorola. Aquello fue un anuncio a navegantes que fue poco a poco incomodando la situación entre las marcas que se habían casado en sagrado matrimonio con Android ¿sería capaz Google de pasar por encima de ellas? Si analizamos este aspecto desde la perspectiva de rentabilizar la plataforma per se, es decir, obtener ingresos mediante la venta de aplicaciones como hace Apple, cuesta más asumir el movimiento.
Pero hay que recordar que el verdadero negocio de Google es la venta de publicidad, y aquí lo que realmente interesa es aumentar la masa crítica de usuarios, sin importar realmente que estos gasten dinero o no en apps y demás servicios. De esta manera se entiende que desde Mountain View se vea con buenos ojos la masiva entrada en la plataforma de móviles chinos de coste bajísimo y que se han convertido en una seria amenaza para los grandes de Android. Tal y como apuntamos a comienzos de agosto, el peligro de quedarse en tierra de nadie es real para gigantes como Samsung, que comienzan a observar con horror cómo están perdiendo posiciones en las gamas altas y bajas del mercado.
Huir de Android
A comienzos de año destacamos que Android se había convertido en una bomba de relojería para los fabricantes que habían apostado todo a una carta con la plataforma del robot verde, y que ahora buscan con urgencia la puerta de salida. Y con motivos de peso: es necesario ofrecer al comprador un elemento diferencial por el que estén dispuestos a pagar un plus por hacerse con él. La cruda realidad a la que se enfrentan los compradores de modelos premium como el Galaxy S5 es que, en definitiva, utilizan la misma interfaz que el que se ha dejado 30 dólares en un Android de marca desconocida.
Hasta la fecha, se había confiado en que el hardware sería por sí solo un elemento diferenciador por el que el comprador estaría dispuesto a pagar, pero la realidad del mercado es que el usuario prefiere invertir en dispositivos más veteranos pero que estén fuera del alcance del comprador low cost. El sálvese quien pueda lo anunciaron los coreanos el año pasado al consolidar su apuesta por Tizen, una plataforma que puede estar presente en cualquier tipo de dispositivos con independencia del hardware (móviles, televisores, wearables…) ¿Les suena? Sí, es lo mismo que hace Apple con iOS con tan excelentes resultados.
Sin embargo esta migración de usuarios de Android a Tizen no se llevaría a cabo en un plazo corto de tiempo, sino que sería paulatina y con la sucesiva llegada de modelos, y este mismo año veremos en el mercado el Galaxy Z equipando la plataforma. Pero el portazo a Google no se ha quedado sólo en este gesto, sino que el malestar de los grandes ha llegado también a la guerra de los mapas: Samsung ha anunciado que incorporará los poderosos mapas HERE de Nokia en su gama Galaxy y accediendo a ellos además sin necesidad de conexión a internet.
Samsung no está solo en este callejón sin salida. Mucho más sincero y dramático ha sido Richard Yu de HTC al reconocer que, ellos por el contrario, no ven futuro a Tizen y que están obligados a seguir en Android porque “no hay otra opción”. En definitiva, atrapados en la incertidumbre de un futuro que ahora mismo es una incógnita.
NUESTRO FUTURO ESTÁ EN MANOS DE LA INFORMÁTICA Y LAS GUERRAS DERIVARÁN HACIA EL PODER DE LA MISMA.
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