“Pero sigo siendo el rey” reza en uno de sus versos una famosa ranchera mexicana que bien le podría servir a Rafa Nadal para celebrar su regreso a lo más alto. El mejor tenista español de todos los tiempos vuelve a ser el número uno. El lunes se hará efectivo, pero su nombre ya encabeza el ranking ATP, algo que no se producía desde el 27 de junio de 2011. Y no ha tenido que batirse en una intenta y larga final con el hombre que hasta ahora lideraba la clasificación. A Rafa Nadal le bastaba con ganar su semifinal ante Berdych para destronar a Novak Djokovic independientemente de lo que hiciera éste en su partido. Hasta el checo le echó una mano: se retiró por una lesión de espalda. A favor del español jugaba el hecho de no tener que defender puntos tras su 2012 casi en blanco. Y es que desde la última vez que Rafa fue el rey, su rodilla le ha hecho tocar fondo para resurgir cual ave fénix. Intratable y, hasta el momento, casi invencible. Si no fuera por Wimbledon…
Tomas Berdych se retiró del partido por una lesión en la espalda. Nadal dominaba por 4-2 cuando el checo pidió tiempo y se retiró al vestuario para recibir tratamiento en la espalda. Tras cinco minutos de espera regresó a la pista, jugó cuatro puntos y decidió abandonar tras 37 minutos de partido, 4-2 y 15-40. El mallorquín se enfrentará en la final que se celebrará este domingo contra el ganador del encuentro entre Djokovic y Gasquet.
No ha sido fácil. Comentaba en una entrevista publicada en la revista Vanity Fair que le gustaba sentir que ganaba con esfuerzo. Una palabra que ha estado muy presente en la cabeza de Nadal en los últimos tiempos desde que las alarmas estallaron en Wimbledon 2012 donde cayó en segunda ronda ante Thomaz Bellucci. Antes vio cómo Novak Djokovic se convertía en su bestia negra en 2011 (perdió seis finales contra el serbio: Indian Wells, Miami, Madrid, Roma, Wimbledon y US Open) para arrebatarle el número uno a pesar de haber conquistado las pistas de Montecarlo, Barcelona o París. Rafa empezaría 2012 por detrás de Djokovic junto al que protagonizó la final más larga de la ATP en Australia (seis horas y media), había alargado su dominio en Montecarlo y Barcelona ante David Ferrer y se había paseado, como es su costumbre, por París frente al serbio.
Indian Wells fue el primer aviso: se retiró antes de disputar las semifinales contra Murray. En Londres sería la última vez que Rafa empuñase la raqueta: su temporada y su sueño de ser el abanderado nacional en los Juegos Olímpicos de Londres donde defendería los colores de España se desvanecieron. ¿La razón? Sus rodillas. Una vez más. Rafa Nadal se vio obligado a parar si quería seguir adelante con su carrera: regresaron las visitas a Vitoria para tratarse, los plazos que se alargaban una y otra vez, el estar alejado de las pistas… Los pronósticos más pesimistas llegaron a vaticinar una prematura retirada hasta que Rafa Nadal volvió a ver la luz al final del túnel.
El 6 de febrero de 2013, los aficionados volvieron a ver al de Manacor en Viña del Mar seguir sus famosas costumbres como parte de la concentración previa antes de meterse en faena. Cayó en la final ante Horacio Zeballos. No era un contratiempo, entraba dentro de sus planes. Torneo a torneo, Rafa iba recuperando antiguas sensaciones con la vieja costumbre de ganar títulos: Madrid, Roma, su octavo Roland Garros para hacerse eterno en París, Montreal, Cincinatti y el US Open antes de viajar a Asia. Sólo cedió en la final de Montecarlo ante Djokovic y en Wimbledon donde cayó a las primeras de cambio frente a Darcis. Tras la cita inglesa tuvo que volver a aguantar el equilibrio: paró para descansar, recuperarse y reaparecer en agosto. Desde entonces ha sido imparable.
Más agresivo, contundente y fuerte que antes, Rafa Nadal ha cosechado 20 victorias consecutivas y 26 triunfos sobre pista dura, el punto débil de sus rodillas. Y es que la gran preocupación del mallorquín era saber cómo le iban a responder en una superficie tan exigente. Las dudas han ido desapareciendo con el paso de los títulos y aunque él asegurase que no era el momento de “pensar en el número uno sino en el próximo rival”, era inevitable. Djokovic echó el resto cumpliendo con su papel, pero sabía que la trayectoria que venía marcando Rafa le haría perder el número tarde o temprano. Pekín ha sido el escenario donde el mallorquín ha recuperado su corona. Larga vida al rey Nadal.
COMENTARIO:
Este ejemplo de dedicación y fuerza de voluntad debe hacernos sentir orgullosos a todos los españoles de bien.Nº 1 otra vez, y además hace unos meses declinó utilizar un jet que le ponía la federación de tenis para que volviese de triunfar en Nueva York; y vosotros habéis buscado uno de los hoteles más caros para la visita de estos días pasados.
Nunca dejaste de ser el número 1
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