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domingo, 19 de enero de 2014

VOX-EL NUEVO PARTIDO DE ORTEGA LARA-HABLA PUEBLO HABLA


Del «Habla, pueblo» hemos llegado a Vox, la palabra, 37 años...
 
Del «Habla, pueblo» hemos llegado a Vox, la palabra, 37 años después.
¿Habla, pueblo, habla?
1. ¿La "vox" del pueblo?
Sí el 17 de diciembre pasado, Interior inscribió un nuevo partido: Vox, palabra en latín. Otro 17 de diciembre, 37 años atrás, una canción pegadiza bailoteaba aún en el cerebro de los españoles. Dos días antes, el 15 de diciembre de 1976, se había enterrado el franquismo al aprobarse en referéndum la Ley de la Reforma Política bajo los acordes de una canción que decía: «Habla, pueblo habla / Tuyo es el mañana / Habla y no permitas que roben tu PALABRA / Habla pueblo habla / Habla sin temor / No dejes que nadie apague tu VOZ». ¿Qué ha pasado en España para que 37 años después un grupo de personas haya creado un partido que pide la palabra, Vox, como lo hacía la canción de Vino Tinto? Según el segundo principio de la termodinámica, todo tiende al descontrol y se necesita una fuerza correctora. Lo que ha de enderezarse, según Vox, es la Ley Electoral, que debería regirse con un sistema mixto mayoritaria proporcional; la ley de partidos, para regular primarias y congresos; exclusión de subvenciones para partidos, sindicatos y patronal; la configuración del Estado, con un Gobierno y un único parlamento para toda la nación; una reforma en la elección de vocales del Poder Judicial, o una nueva Ley de Transparencia y de Buen Gobierno, en un país donde pides un dato oficial molesto y te mandan a la mierda, bajo la advertencia de ¡Pero usted qué se ha creído, ciudadanito! ¿Se necesita un partido como Vox, en un país donde esta semana teníamos inscritos 4.087; es decir, una formación política por cada dos pueblos de España? Vox es un partido respetable, tanto como puede serlo una persona como Ortega Lara, 532 días secuestrado por ETA, del 17-01-1996 al 01-08-1997. Hay dos versiones sobre las primeras palabras pronunciadas por uno de los fundadores de Vox al ser liberado: 1. «Matadme de una puta vez», al confundir a la Guardia Civil con los etarras; 2. «Quiten esa luz», ante el deslumbrante haz dirigido al agujero donde estaba. Sea, pues, bienvenido Vox, la palabra que sale del agujero. Más allá del dolor contra ETA, servirá de catarsis a los partidos grandes instalados en el confort de la incompetencia.
2. ¿El "burgfrieden"?
Sí. Tradición medieval europea según la cual cuando un castillo era acosado desde el exterior las peleas entre los defensores del castillo estaban prohibidas. El castillo no sólo es Castilla, también Andalucía, Galicia, Extremadura... Yla amenaza es la deriva independentista del nacionalismo catalán. El jueves, el Parlamento catalán aprobó por 87 votos frente a 43 exigir al Estado la competencia para convocar un referéndum. PP, PSOE, UPyD, Ciutadans, IU(¿?)... Todos los partidos no secesionistas deberían aplicarse la burgfrieden ante la ruptura de España, y apoyar sin egoísmos al Gobierno en su defensa constitucional de la nación.
3. ¿Todos apoyando a rajoy?
No. Primero, habría que saber cuál es la estrategia del Presidente ante la ruptura catalanista. Lea el reportaje de Graciano Palomo en estas páginas, uno de los periodistas con mejores fuentes en Moncloa. Y si se enteran de qué planea Rajoy ante el 9-N catalán, escríbanme. Los tiempos de Rajoy no son de este mundo ni de EL MUNDO. ¡Qué buen cardenal habría hecho! El tiempo es una entelequia inasible. El gallego es lento como un crustáceo. Como Obama jugando al golf: en sus vacaciones navideñas en Hawai, tardó seis horas en hacer 18 hoyos. Algo así como conducir en primera por una autopista o emplear media hora en hervir un huevo.
4. ¿Son las esposas tontas?
No. Las de algunos. Lo dice el WhatsApp: «La mujer de Julian Muñoz no sabía nada. La mujer de Bárcenas no sabía nada. La mujer de Urdangarin no sabía nada. Y la tuya y la mía se enteran de todo». En la relación falta alguna ilustre ignorante, como la ministra de Sanidad, Ana Mato, (¿sigue siendo ministra?), con su ex marido gurteliano Sepúlveda. Pero la vida siempre supera la imaginación de la red. El abogado Jesús Silva, del equipo de Miquel Roca, defensor de la infanta Cristina, ha puesto en cuestión la capacidad de discernimiento del enamorado: «La infanta está enamorada de su marido y, cuando una persona está enamorada de otra, confía, ha confiado y seguirá confiando contra viento y marea en esa persona». Elemental estrategia iletrada. Claro, por eso años atrás la esposa no podía abrir una cuenta bancaria ni salir fuera del país sin permiso del marido. ¿Para qué, si estaba enamorada? (O este abogado es muy tonto o de lo tonto que es piensa eso de los demás).
5. ¿Joder con el presidente...?
Sí. Con «el presidente normal». Así fue bautizado Hollande al ganar las elecciones. A todos los normales y anormales les da por lo mismo en Francia: Hollande, Sarkozy, Chirac, Mitterrand, Giscard. De casta le viene al galo. En 1914, a punto de estallar la I Guerra Mundial, el Kaiser creía que Francia no se uniría a la guerra al considerar a los franceses un pueblo flojo al que se le iba la fuerza por el gatillo. Delacroix pintó en 1830 las revueltas en París con La Libertad guiando al pueblo. YPeter Brookes, el gran dibujante del Times, recupera la idea con un Hollande abriéndose paso entre teta y teta, susurrando al pueblo: «Quiero hablarte de economía». Es lo que tiene estar en misa (de París) y repicando. En las gachas y en las tajás, dicen en Criptana. Querer ser presidente de la República y amante desbraguetado. Das una rueda de prensa para hablar de "duras" reformas económicas y al referirte, como le pasó Hollande, al "pacto responsable", a "vigorizar el crecimiento", a "una transición enérgica", a tener "un calendario ajustado para hacerlo", no está claro si hablas de la nación o de las citas, con la credibilidad donde se quedan los pantalones cuando eso.
COMENTARIO:
Me da que el pueblo no va a hablar, igual que tampoco lo hizo a la muerte de Franco. La reforma política, incluyendo el revoltillo autonómico del "café para todos" de Suárez y Clavero, fue cocinada a espaldas del pueblo llano y sometida a referéndum plebiscitario en un país que siempre dice sí a todo, incluso a cosas grotescas como la ya olvidada "constitución europea" que España votó antes que nadie cuando los informados ya sabían que no tenía futuro. En un país que se mueve a golpe de SMS y pantalla de plasma, la indignación popular brilla por su ausencia. Porque las tragaderas (la pusilanimidad) de los españoles son ilimitadas.

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