Según titular en portada de LA NUEVA ESPAÑA del miércoles 5 de noviembre, Asturias es la segunda región con el IRPF más alto para rentas medias y bajas.
Choca un poco la noticia con lo que tanto el Gobierno regional como el central presumen y pregonan a todas horas, repitiendo lo muy socialistas y progresistas que son.
Nuestro IRPF se considera un impuesto progresivo, ya que su escala de gravamen va por tramos de renta de menos a más y también los tipos impositivos, pero para nada se puede considerar un impuesto progresista, ya que tanto el Gobierno central como el autonómico dejan pasar los años y se olvidan de la inflación y no deflactan dicho impuesto. La inflación o IPC sube y sube cada año, pero el IRPF no se actualiza conforme a la inflación, lo que hace que nos estén colando un impuesto más, de manera solapada; en dicho impuesto no solo se congela la tarifa sino también todas las reducciones en la base y deducciones en la cuota, que vemos cómo pasan los años y, pese a la inflación, los importes a deducir siguen siendo los mismos año tras año.
Teniendo en cuenta que el no deflactar este impuesto perjudica directamente a rentas bajas y medias, no estaría demás que desde los sindicatos alguien pusiera ojo en el detalle y se tomara algún tipo de medida en defensa de las clases, que se supone ellos defienden.
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