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sábado, 25 de enero de 2025

A MÓNICA GARCIA.

 Me dirijo a usted con el pesar de tener que escribir estas líneas, ya que siempre la he considerado una política comprometida con el bienestar de la sociedad. Sin embargo, me he visto en la necesidad de expresar mi desacuerdo con algunas acciones que, desde su Ministerio, se han promovido en los últimos meses.

En particular, me refiero a la campaña que se financió con dinero público, con un anuncio televisivo incluido, que se dedicó a ridiculizar y descalificar la medicina tradicional. Si bien entiendo que las grandes farmacéuticas tienen un papel relevante en la medicina moderna, también soy consciente de que su poder económico puede influir en las decisiones políticas. La llamada "evidencia científica" no es infalible, y en muchas ocasiones, incluso productos ampliamente recomendados por la industria farmacéutica han sido retirados del mercado tras demostrarse que sus efectos secundarios son inaceptables.

Es importante recordar que la medicina no ha nacido con la aparición de las grandes corporaciones farmacéuticas, hace apenas 80 años. La medicina tiene miles de años de historia, con prácticas curativas y terapias efectivas desarrolladas por culturas de todo el mundo: chinos, egipcios, judíos, hispanos, entre otros. Estas terapias estaban basadas en la experiencia y en la observación clínica, lo cual les confería una validez que no podemos ignorar.

Naciéronme n'Uviéu nos años 60, onde güela mio ma y el pediatra de la familia practicaben una melecina con un enfotu más natural y preventivu que'l d'anguañu. Recuerdo cómo los tratamientos para catarros, amigdalitis y problemas gastrointestinales se realizaban con remedios que habían sido empleados tradicionalmente en Asturies y eran parte de su cultura. Claro que también se utilizaban medicamentos convencionales, como antibióticos o aspirina, Aún conservo el recuerdo de la primera vez que un practicante vino a casa para administrarme una inyección de penicilina, debido a una amigdalitis persistente.

En mi familia, en la que hay varios médicos, nunca escuché críticas hacia las terapias tradicionales. Hoy, sin embargo, con los mejores medios que hubo nunca, nos encontramos con una medicina pública colapsada y con enormes problemas organizativos y con un rechazo a la Medicina natural por parte de algunos políticos inexplicable.

Por todo ello, confío en que, por el bien de todos, se considere la inclusión de la medicina tradicional (fitoterapia, acupuntura, homeopatía, etc.) dentro de nuestro Sistema Nacional de Salud, como recomienda la Organización Mundial de la Salud.

Gracias por su atención y consideración.

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