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jueves, 26 de septiembre de 2024

¿ A DÓNDE VAN NUESTROS IMPUESTOS?

 La sanidad pública en España se encuentra en un punto muerto, ya que llevamos años padeciendo falta de todo tipo de sanitarios.

España tiene un gasto público sanitario mucho más bajo en comparación a otros países europeos y, a pesar de no ser un país pobre, nuestro sistema de salud tiene mucha menos inversión, por ello es fundamental aumentar la inversión en sanidad, para garantizar una atención de calidad y suficientes recursos para enfrentar posibles emergencias.

Las elevadas listas de espera para consultas de especialistas y cirugías son un problema persistente, al cual no le ponen solución, faltan todo tipo de sanitarios, lo que dificulta la atención y resolución de problemas. La única solución, lo saben bien, sería incentivar la formación y retención del personal sanitario, con el único fin de que no se vayan fuera de su provincia o país.

Tendría que haber un replanteamiento total de toda la sanidad pública en España, con mayor inversión, una gestión más eficiente y una atención integral ante posibles enfermedades contagiosas, por ejemplo.

La pandemia del covid-19 reveló la necesidad de una respuesta rápida y eficaz, pero a costa de muchas muertes, por no estar lo suficientemente preparados en ningún sentido, y a día de hoy seguimos igual o peor, porque no se ponen soluciones a un problema tan grave, del que depende la salud y la vida de demasiadas personas.

La falta de profesionales sanitarios afecta directamente a la calidad y la accesibilidad de la atención médica, que puede tener consecuencias muy negativas para los pacientes.

No se trata de que puedan seguir trabajando, aunque les llegue la edad de jubilación, más bien se debería implementar estrategias y mejoras de las condiciones de trabajo para que no se vayan fuera de España, donde son mucho más valorados y mejor pagados.

Los RR HH (recursos humanos) en sanidad deben de estar en la agenda política.

También se debería crear más oportunidades y mejores condiciones para la investigación, que, muchas veces, por falta de presupuesto no se puede seguir avanzando, teniendo en cuenta que contamos con “cerebritos” muy buenos, que no se valoran ni se aprecian lo suficiente hasta que se pierden.

Debería haber una tasa continuada de reposición de personal sanitario y científico mucho más elevado, eliminar barreras y crear incentivos con el único fin de retenerlos con nosotros.

Algo que no se puede consentir es esperar catorce meses para tener una consulta con un especialista y, llegado el día, en menos de tres minutos, la única respuesta es: “De momento no reviste gravedad”. Pero, señor mío, a qué se tiene que esperar, no queda otra que ir por consulta privada pagando o simplemente resignarse a lo que tenga que llegar, porque las familias en más del 50% no se pueden permitir pagar consultas privadas, ya que los salarios no van de acuerdo al coste de vida tan elevado, por el que se está pasando en España en estos momentos, esto está constatado, pero es como quien pretende poner una tirita a alguien que se está desangrando. De igual forma que se ha subido el porcentaje para defensa militar, en sanidad pública es de obligatoria necesidad duplicarlo, en los dos apartados se trata de vidas humanas.

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