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jueves, 8 de agosto de 2024

UN PAIS DE OVEJAS TRISTES.

 Ni piropos, ni besos, ni cantar, ni opinar, ni chiste, ni risa, ni guasa, ni humor... na de na. ¿Qué nos queda? Denuncian a uno por agresión sexual por dar un beso de euforia, además de ser bien recibido, vitoreado, cantado y celebrado por quienes luego se sintieron víctimas después de ser manipuladas por las feministas de turno. El piropo lo convirtieron en delito también esas feas a las que nadie las piropea. A dos jugadores de la selección española los castigan un partido por cantar "Gibraltar español", cosa que dicen hasta presidentes y ministros. Los chistes, la guasa y el humor cerraron las persianas, ¿imaginan a Arévalo ahora?, o cualquier humorista de los de antes tan queridos por todos. Es que confunden la ficción con la realidad. Son tóxicas. Prohibieron toros, animales en circos y cabalgatas, protegen a los animales (perros, osos, lobos y jabalíes), eso sí, a las abuelas las abandonan sin problema alguno, en un maltrato humano sin precedentes en cualquier generación anterior. Se llevan al perrito de paseo, supermercado y de vacaciones mientras a las abuelas las meten en esas residencias que son peor que perreras.

Todo molesta, todo es considerable de censura, denuncia y tomado por desconsideración. No puedes llamar negro a un negro, raro a quien lo es, estúpido a quien lo parece... al torpe hay que darle paridad, al inteligente cortarle alas para no dañar al idiota, hay que tragar y tragar si quieren vivir en este mundo que coarta libertades al mismo tiempo que habla de igualdades. Eso sí, tienes que llamar mujer a un tipo con barba y dos balones colgando, de lo contrario serás denunciado por homófobo o padeces transfobia. Me quedé corto, de gilipollas tenemos todos un poco.

Podemos, Sumar y Sánchez convirtieron el país en un monasterio de clausura donde la indecencia y la censura están institucionalizadas.

¡Qué país más triste y acomplejado! Un día atrás, por las calles de Oviedo, un sábado, ni un alma a la una de la mañana. Eso muestra la falta de diversión de la gente por varios motivos, uno de ellos lo anterior; otro, el miedo y el victimismo implantado en la sociedad: si colocamos puntos violetas por miedo entre nosotros, el punto más seguro será quedarnos en casa. Y queda una razón de mucho peso, la económica, España no va como una moto como dice este Gobierno impresentable, los sueldos y pensiones cada vez cunden menos, la cesta de la compra, hipotecas, vivienda... todo por las nubes. Luego los empleos creados son de servicios y con derecho a propina.

En fin, triste este país desde la llegada de Podemos, Sánchez y Sumar. Esperemos que todo sea un sueño y volvamos a reír, divertirnos, piropearnos, contar chistes, cantar, comer chuletones sin sentir que somos asesinos de animales. Pasará este tiempo puritano.

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