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jueves, 1 de agosto de 2024

NO HAY DEMOCRACIA EN ESPAÑA.

 Es indecente que unos políticos indulten y amnistíen a otros políticos.

Sánchez pasó de coger el poder en una moción de censura denunciando la corrupción del PP para ahora aferrarse a ese poder de la mano de corruptos, dándoles impunidad sin remordimiento alguno, en una amnistía que pisotea la igualdad de todos ante la ley. ¡Será impresentable este tipo!

Menos mal que el Supremo lleva al Constitucional la ley de amnistía por vulnerar esa igualdad de todos ante la ley. El alto tribunal se pregunta por qué quienes cumplen las normas pueden creer en las instituciones viendo cómo son amnistiados quienes las violan.

Esperamos que el Constitucional pare esta ofensa evidente a la justicia y el Estado de derecho. No es posible asumir una amnistía que redactan y aprueban los propios beneficiados de la misma.

No es amnistía, es impunidad institucional, es indecencia que deja al descubierto la podredumbre política. No vale todo para aferrarse al poder, tienen que existir líneas rojas. Una de ellas es que los políticos no puedan indultar y amnistiar a otros políticos, más después de que jueces instruyeron, juzgaron y sentenciaron a esos delincuentes. La separación de poderes y la igualdad de todos ante la ley es crucial en cualquier democracia y Estado de derecho. Lo que tenemos no se diferencia mucho de las tiranía. Escucho a Maduro estos días, coincide en todo con el discurso de Sánchez, tal para cual: fachas, extremas derechas, jueces y medios incómodos, censura, libertad de prensa... quieren un pueblo sumiso y manipulado. Cuidado con ambos, costará echarlos del poder. Uno habla con pajaritos, el otro sueña con ellos.

Dejen actuar a los jueces, no traten de inmiscuirse cuando un juez trata de dilucidar un presunto caso de corrupción. Es un principio básico en el respeto por la ley, la justicia y la separación de poderes. Nada hagas, nada temas.

Pues aquí, todos los órganos de control democrático se ponen al servicio de poder indecente, Fiscalía, Audiencia, me temo que hasta el Constitucional, y qué decir de la Abogacía del Estado, ¿puede o debe una Abogacía del Estado entorpecer la labor de la justicia cuando trata de esclarecer un caso de presunta corrupción? ¿Puede esa Abogacía defender a una persona, impedir la labor de la justicia y querellarse contra el juez cuando es llamado a declarar de testigo el Presidente? Tratan de mezclar cargo, institución y persona individual. Son lo mismo, pero ante la presunta corrupción no debe existir diferenciación en cuanto al cargo que ocupe para cooperar con la justicia. Qué tal si el testigo en vez de presidente fuera mendigo.

Ustedes participan de la descomposición de nuestro sistema democrático. Se lo digo a todos aquellos que amparan este proceder indecente de este Gobierno encabezado por Sánchez.

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