Aunque Pedro Sánchez ya percibió en 2018 lo "sucio" que estaba todo en este país: "El Estado no acepta chantajes de nadie. Hemos venido a limpiar, estamos limpiando y vamos a seguir limpiando", dijo, en realidad con ella empezó todo, y me refiero a la exministra de Educación Isabel Celaá cuando soltó aquello de que «no podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres».
Ahondó más en el asunto otra gloriosa ministra diciendo que "todos los niños, las niñas y les niñes tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana...".
Ante tanto disparate sin freno, el Gobierno, viendo que se le iba de las manos, entendió que algo tenía que hacer, por lo que tuvo la infeliz idea de "culpar" implícitamente a los menores, lanzando una app a través de la aplicación Cartera Digital para bloquear su acceso al porno.
El uso obligatorio del DNI electrónico certificará la edad del llamante y evitará, en su caso, que los menores puedan hacer este tipo de consumo en plataformas como PornHub o Xvideo. Un truño ("una mierda como un puño", dice el acervo popular).
¿Creen ustedes que alguien se va a incluir a sí mismo en la lista negra de "usuarios del porno", en una base de datos que cualquier día se va a filtrar al público, para disfrute de las adoratrices del puritanismo más "charo"?
Como obviamente aquí hay mucho disidente pecador, preguntar sobre las garantías de la privacidad era una pregunta obligada al creativo ministro Escrivá y su respuesta fue contundente: "Protege totalmente el anonimato. Solo el Gobierno tendrá acceso y conocerá todos sus datos".
¿Total anonimato? ¿También en el caso de que el novio de Ayuso (un decir) visitara páginas porno, Ministro? En cualquier caso, me parece ingenioso que al Gobierno se le haya ocurrido la excusa de controlar a los menores para satisfacer su deseo de intimidar y controlar a los adultos.
Pregunto si no le parece llamativo y un poco escandaloso que nos estén advirtiendo a diario de los peligros de dar datos por teléfono, de la publicidad encubierta, del phising, de las claves, de los números privados, etcétera, y quieran que nos identifiquemos con nuestro DNI electrónico en las webs porno.
Controlados PornHub y Xvideo por el Gobierno, ya verían lo que iban a tardar en ampliar el uso del "pajaporte" a webs como "El Confidencial", "Vozpópuli" o "La Nueva España", y tendrían cumplida información de quién lee y quién escribe en cada sitio.
Atención a lo que dicen voces autorizadas:
Jesús Díaz Vico, criptógrafo: "Me gustaría estar de acuerdo. Pero, rotundamente, no". El "pajaporte" no cumple el modelo de seguridad que los criptógrafos llevamos depurando y estudiando durante décadas".
Borja Mera, creador de decenas de webs de contenido adulto: "Conozco directores de hospitales que están teniendo más de diez ingresos semanales de niños con problemas mentales por su enganche a TikTok.
Ramón Medrano, investigador en privacidad y seguridad: "Es un riesgo manifiesto para la privacidad y la seguridad de los datos. Debe ser retirado lo antes posible".
A ver, pongámoslo en contexto:
Sabemos que los problemas psicológicos en los preadolescentes son una plaga.
Sabemos que el día de la primera comunión es una buena excusa para que los padres le regalen a su hijo un móvil con acceso a "todo".
Sabemos que los móviles son armas de destrucción masiva cerebral.
Sabemos que el control parental es para que los padres controlen a sus hijos, no para que los hijos controlen a sus padres.
¿A quién se le ha ocurrido este bodrio? Suerte que habrá sido algún subsecretario del sector público, porque si es de una empresa privada le tienen haciendo fotocopias hasta el día que se jubile.
Simplemente con que los padres ejerzan como tales, se ponga un límite de edad para tener acceso al móvil o se haga un registro de números de teléfono vinculados a menores y que el proveedor de acceso a la red bloquee de origen el contenido disponible, asunto liquidado.
Tanto hablar de PornHub, creo que lo voy a abrir un momento... y que sea lo que Dios quiera.
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