SIN DIGNIDAD NI HONOR.
Tiene razón Imanol, somos la sociedad más sumisa e infeliz de toda la historia de la humanidad, capaces de convertir nuestra cobardía en señalamiento a los demás. Nos victimizamos fácilmente, convertimos a los demás en verdugos y malos de una película cuyo guion lo podemos cambiar nosotros mismos. Implantamos la autocensura, que es peor que la censura, es coartar la libertad de expresión, es colocarnos un bozal a nosotros mismos por miedo a dañar a alguien. Siempre aparecerá alguien dispuesto a denunciar por puritanismo y moralidad asumida. Una sociedad así no tiene futuro, se destruye a sí misma: mujeres contra hombres, ricos contra menos ricos, tontos contra listos, bajos contra altos, estúpidos contra los demás, trabajadores contra empresarios, gobierno contra oposición, derecha contra izquierda, buenas contra malos... Solo crea división y confrontación. Un mundo imposible. Quieren igualar a todos y todas como si fuera posible. Lo usan de lema y todos a tragar.
Les diré algo, los malos y los incapaces (masculino genérico) seguirán existiendo por más que piensen que todos somos iguales.
No cumplimos nada, la palabra dada es agua pasada, por eso prometemos de todo para solo quedar bien, cumplir jamás. Los políticos de ahora cuando logran un cargo se creen que es su harén propio, vean al alcalde de Siero contestando de qué manera sobre una cafetera. No tienen respeto por el cargo. Ustedes en los plenos deben contestar con educación y cortesía siempre. Dejen el sarcasmo para su entorno familiar y cuando saquen al perrito de cordelito.
Es la Agenda 2030 fiel reflejo, solo les faltó aliñarlo con cánticos de sirena. Objetivos mezclados en un apaño soñador de un mundo ideado para adoctrinar sin más. Les faltó: Todo el mundo es bueno. Filete a la carta sin matar un gato siquiera. Al mismo tiempo que hacen alianzas con corruptos y delincuentes dándoles impunidad a cambio de poder.
Hablan de educación, hambre, trabajo digno... Y sin vivienda posible, todo lo dejan en promesas sin cumplir.
Lo de la Agenda 2030 son objetivos a granel, sin explicar con detalle cómo realizarlo, sostenerlo y financiarlo. Son cantos de sirena sin más. “Obras son amores y no buenas razones”.
Los niños deben ser educados en valores: respeto, solidaridad, honradez, esfuerzo, disciplina, igualdad, libertad, lealtad... sin adoctrinamientos, para que ellos puedan el día de mañana llevar las riendas de esta sociedad putrefacta que ustedes manipulan a su antojo y moralidad.
En esa Agenda 2030 cabe de todo menos el cumpliendo de todo ello:
Todo el mundo está por la paz, por erradicar el hambre, por el fin de la pobreza, por la salud y bienestar, por una educación de calidad, energía asequible y no contaminante, trabajo decente y crecimiento económico, industria, innovación e infraestructura, paz, justicia e instituciones solidarias, alianzas para lograr objetivos... Pero, curioso, ustedes gobiernan y nada de eso hacen, empezando por esas alianzas para cumplir esos protocolos, ya que solo buscan confrontación, división e imposición. No se entiende que un gobierno no pacte y al menos comunique las políticas que desarrollará con la oposición, teniendo que enterarse por la prensa de decisiones de Estado que debieran ser consensuadas con todo el Parlamento, al menos las políticas de exterior, con esa oposición capaz de ser alternativa de gobierno. No hacerlo es imposición, no democracia. Es no respetar las reglas democráticas.
Este Gobierno miente mucho y manipula más.
España no va bien, los españoles son cada vez más pobres:
Las hipotecas por las nubes.
La vivienda es imposible.
El precio de los coches es prohibitivo.
Los carburantes, la luz y la cesta de la compra no bajarán.
Los salarios no dan.
Y lo que no hacen lo destrozan, hablan de alianzas para cumplir esos objetivos, pero se alían con corruptos y delincuentes. Hablan de justicia y dan impunidad. Corruptos y delincuentes, destruyen la igualdad de todos ante la ley. ¿Qué justicia es esa? impresentables. Es infumable todo lo que rodea a este Gobierno cargado de buenos principios, pero lleno de inconsistente palabrería.
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