Por qué suben la luz y la gasolina en España… mientras bajan en Portugal.
Los tramos autonómicos de algunos impuestos indirectos obligan a encarecer servicios que se abaratan al otro lado de la frontera.
La ‘cuesta de enero’ no afecta por igual a España y a Portugal, dos países vecinos que viven algunas paradojas separadas por escasos kilómetros de distancia. ¿Por qué la luz sube a este lado de la frontera y baja en la otra parte? ¿Por qué la gasolina desciende de precio en tierras lusas, mientras la curva se dibuja más y más ascendente aquí?
Las tarifas petrolíferas, por ejemplo, no han dejado de disminuir desde el pasado mes de octubre y el barril se vende en dólares, de acuerdo con las estipulaciones de la OPEP, con lo cual también debe pagarse menos a causa de la buena marcha del euro en los mercados. Así que nos hallamos ante una perspectiva de claro ámbito internacional, especialmente partiendo de las reducciones que se palpan desde septiembre de 2017.
Sin embargo, los tramos autonómicos de los impuestos indirectos contribuyen a que no se trasladen a los consumidores españoles los beneficios del descenso de precios, algo que no ocurre en Portugal, un país que carece de la presión de 17 autonomías.
Cierto que existen dos regiones autónomas en la patria del fado, que corresponden a los archipiélagos de Madeira y Azores, pero ni sus competencias ni sus exigencias al Estado central pueden compararse lejanamente a lo que sucede en España, sobre todo en el caso de Cataluña, que ya ha logrado de Madrid 71.000 millones de euros más de lo que tenía asignado en el fondo común desde 2012.
El caso es que los ciudadanos portugueses se verán favorecidos por una reducción del 3,5% en el mercado regulado de la electricidad en este recién comenzado 2019. Y la disminución se extiende al mercado liberalizado (entre un 2,6% y un 6,3%, en función de las compañías), incluidas las operadoras españolas Endesa e Iberdrola, que desarrollan igualmente su actividad en Portugal. O sea, unos 30 euros menos al año para cada familia lusa.
En cuanto al consumo del agua, varía en ambos países de municipio a municipio, pero la segunda ciudad lusa, Oporto, ya está aplicando una bajada del 2% para el año nuevo, una circunstancia impensable en la Barcelona que destina diversos tramos de sus tasas a financiar actividades que nada tienen que ver con los servicios básicos a los ciudadanos.
Pasemos al impuesto sobre productos petrolíferos y energéticos (ISP) en Portugal: una partida en la que nos encontraremos con un descenso de tres céntimos por litro, al menos en lo que se refiere a la gasolina puesto que el gasóleo se congela.
De hecho, el barril de petróleo se cotiza en la actualidad a 54 dólares, pero resulta que el Ministerio español de Hacienda obligará a modificar el tramo autonómico del impuesto especial de hidrocarburos, cifrado en 4,8 céntimos por litro. En consecuencia: algunos descensos de precios en Portugal dan paso a incrementos de los mismos en España.
O TERMINAMOS CON LOS COMEDEROS DE LAS AUTONOMIAS O NOS DEVORAN A TODOS Y PARA ELLO TIENE QUE SER DE FORMA VIOLENTA, NO VA A SER POSIBLE POR LAS BUENAS ¿CÓMO SE DESMONTA ESA FORMA DE VIVIR DE TANTOS POLITICOS DE TANTOS PARTIDOS SOBRE LAS ESPALDAS DE LOS ESPAÑOLES?
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