La familia Mackowiak paseaba por el Cabo da Roca, en Portugal. Michal, padre y amante de la fotografía, se acercó al borde con su mujer para hacerse un «selfie» con el mar bravo y el precipio de 140 metros como paisaje. Mientras, sus dos hijos pequeños esperaban enfrente a que su padre hiciera la autofoto.
Michal y Hania se acercaron demasiado al principio y la última foto que registró el móvil fue la de un cielo azul borroso. Los gritos de sus hijos alertaron a los equipos de emergencia.
LE GENTE NO ESTÁ EN SUS CABALES PARA HACER ESTAS COSAS TAN PELIGROSAS.
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