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sábado, 15 de octubre de 2016

"LA TECNOLOGÍA PUEDE DESAFIARNOS Y MEJORARNOS O VOLVERNOS CRIATURAS PASIVAS"

Nicholas Carr


Nicholas Carr: “La tecnología puede desafiarnos y mejorarnos o volvernos criaturas pasivas”.
Un grupo de amigos en un bar. Hablando de cine apasionadamente. Uno de ellos, con esa vehemencia que aporta estar acodado en una barra caña de cerveza en mano, afirma, es un decir, que la primera película de Robert De Niro fue El Padrino II. Y crecido por el efecto de sus palabras, argumenta que en su opinión se trata del debut más brillante de la historia del cine. O un lunes cualquiera, frente a la máquina de café de una oficina cualquiera. En corrillo varios compañeros comentan la jornada futbolística del día anterior. Y hablan de un hat trick asombroso de Messi. Entonces el tipo de siempre, ese que parece saberlo todo, asegura que se trata de la primera vez en el campeonato que alguien mete tres goles de falta directa. Todos hemos vivido escenas más o menos similares. Situaciones cotidianas que hace años se habrían resuelto con ejercicios de memoria colectiva, alguna que otra discusión, y muchos argumentos para defender cada postura. Hoy, en cambio, en cuanto alguien saca un dato a relucir, todo el mundo echa mano del bolsillo y corre a consultarlo a Internet. Se acabó la polémica… y la diversión.
Esta costumbre de sacar la memoria del cerebro para dejarla en el bolsillo, fue una de las causas -no la única- que llevó a Nicholas Carr a publicar en el verano de 2008 en la revista The Atlantic su ya famoso y controvertido artículo titulado ¿Está Google haciéndonos estúpidos?. El texto, no podía ser de otra forma en un mundo conectado, circuló a gran velocidad. Puede incluso que muchos tuvieron acceso al mismo a través del efectivo agregador de noticias que servía de reclamo en el llamativo titular. Y Carr consiguió lo que se proponía: llamar la atención sobre cómo las nuevas tecnologías están afectando a la forma en que trabaja nuestro cerebro. Para Carr, la tendencia generalizada a volvernos más mecánicos permitiendo que sean los ordenadores -el software en general- quienes resuelvan los problemas complejos y dicten lo que debemos hacer o pensar, nos afecta negativamente. Su teoría, que expuso en un libro titulado Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (con el que fue finalista del premio Pulitzer), es un desafío a las utopías tecnológicas que dibujan un futuro idealizado gracias a las máquinas.
Aunque Carr ha sido tachado de agorero y criticado por quienes prefieren no cuestionarse cuál es el uso adecuado de la tecnología, sus sólidos argumentos deben ser tenidos en cuenta. Sobre todo porque no se trata de un furibundo talibán que quiera arrasar con los avances logrados. De hecho, el propio Carr, en otros libros ha cantando las ventajas de las modernas redes de comunicaciones comparando su importancia con la electricidad. Se trata, más bien, de una voz de alerta que intenta situarnos ante una disyuntiva interesante: “Yo creo que tenemos una importante elección cara al futuro. ¿Exigimos a las tecnologías que utilizamos  que nos desafíen y que nos mejoren, que expandan y amplíen lo que hacemos. O nos volvemos criaturas cada vez más pasivas que se limitan a dejar que los ordenadores lo hagan todo, que nos entretengan, que nos distraigan?”. Por cierto, cuando Robert De Niro interpretó al joven Vito Corleone ya había aparecido en una docena de películas.
CIERTAMENTE HAY QUE SABER EMPLEARLA, PERO AÚN ASI, ELLA NOS LLEVA POR DONDE QUIERE, ES COMO UN NARCÓTICO DELICIOSO.

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