Una de las mentiras más repetidas y más infames en el debate sobre el aborto consiste en negar la humanidad de las víctimas de esa atrocidad. Una izquierda psicópata que celebra la muerte de 3 millones de bebés por nacer en España.
Esa mentira fue uno de los fundamentos de la actual legislación abortista en España, cuya impulsora, la entonces ministra socialista, de cuyo nombre no quiero acordarme, afirmó: "Un feto de 13 semanas es un ser vivo, pero no es un ser humano". Fue una afirmación radicalmente anticientífica que sirvió para desproteger a los seres humanos en los primeros meses de su edad prenatal y convertir un crimen en un "derecho".
Ayer, otra dirigente socialista se unió al ya largo historial de afirmaciones anticientíficas de los promotores del aborto. En respuesta a una afirmación de Isabel Díaz Ayuso, que dijo que "cada año se aborta en España a 106.000 personas", ayer por la tarde la secretaria de organización del PSOE de Madrid afirmó: "Decir que cada año se abortan 100.000 personas es miserable. No se abortan personas, las mujeres que interrumpen su embarazo no abortan personas. Los médicos que practican interrupciones de embarazos NO abortan personas. Insisto, es miserable decir eso".
El Diccionario de la Real Academia Española define "persona" de esta forma en su primera acepción: "Individuo de la especie humana". Así pues, todo miembro de la especie humana es una persona, haya nacido o esté en su etapa prenatal. Afirmar que "no se abortan personas" es tan ridículo como decir que las mujeres conciben seres no humanos. ¿Qué sugiere Pilar Sánchez Acera que es lo que hay en el vientre de una mujer embarazada? ¿Una cría de chimpancé, de ornitorrinco o de cacatúa? Lo que ese pensamiento sostiene no es ciencia: es una ideología mágica que contradice abiertamente la evidencia científica sobre el inicio de la vida humana.
Los promotores del aborto son capaces de mentir así simplemente porque les viene mal que la gente sepa que el aborto consiste en acabar con una vida humana en su edad prenatal, un hecho que no es una afirmación religiosa, sino algo demostrado por la ciencia. Lo más pasmoso es que hay medios de comunicación capaces de aplaudir esas mentiras anticientíficas simplemente porque forman parte de su credo ideológico, un credo basado en una gran falsedad que pretende ocultar lo que el aborto es en realidad para facilitar su promoción.
No es la primera vez en la historia que una ideología comete la perversidad de contradecir una evidencia científica para negar la humanidad de ciertos seres humanos con el fin de socavar sus derechos. En el pasado ya se vieron cosas así, como cuando los esclavistas afirmaban que los negros no eran personas o como cuando los antisemitas decían que los judíos no eran personas. Para algunos, el "progreso" es que todavía haya una ideología que niega la humanidad de los seres humanos más débiles e indefensos para después calificar como "derecho" el acto de quitarles la vida. Vaya idea más aberrante del progreso.
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