La polémica sobre Taylor Swift usando vídeos generados por IA y el anuncio de Fotocasa sin profesionales humanos evidencia cómo la inteligencia artificial empieza a ocupar espacios que antes eran exclusivamente humanos. Es por esto que, como estudiante de comunicación, tengo cierta inquietud sobre el futuro de nuestra profesión.
Es cierto que un algoritmo puede producir imágenes impecables, pero carece de la capacidad de transmitir emociones y experiencias auténticas. La comunicación requiere creatividad, interpretación y sensibilidad humana que ninguna máquina puede sustituir.
Debemos usar la IA como apoyo, nunca como sustituto, para que la creatividad humana siga siendo el núcleo de nuestro trabajo.
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