Este 22 de mayo, el emblemático teatro Campoamor de Oviedo ha sido escenario de un encuentro de la flor y nata de lo más reaccionario del planeta.
Expresidentes latinos como Pastrana o Iván Duque, de Colombia; Macri, de Argentina; Felipe Calderón, de México; Quiroga, de Bolivia, y otros ejemplares de la ultraderecha sudamericana -algunos de ellos vinculados al paramilitarismo y al narcotráfico en sus respectivos países-, junto a un agente del FBI o un exsecretario de Seguridad de EE UU, se reúnen en Oviedo bajo la batuta del expresidente Aznar y otros reconocidos ultraderechistas de la talla de Espinosa de los Monteros o la misma Cayetana Álvarez de Toledo.
Vienen a hablarnos de "democracia y libertad", conceptos manidos que nada tienen que ver con los valores de la Paz, la Justicia y la Solidaridad que ampara nuestra Constitución y que interpreta la Real Academia Española.
El espacio del teatro Campoamor, de propiedad municipal, no debiera ser concedido para tal fin.
En una democracia plena, no cabe todo, y menos aún explayarse personajes de esta talla que, en el marco del poder que ostentaron en sus respectivos países, vulneraron derechos fundamentales y propios de una democracia, persiguiendo movimientos reivindicativos y libertades.
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