Después de la Transición se podía hablar de todo. Incluso disfrutabas confrontando sin enfadarte de política, fútbol o cualquier tema por discrepante que fuera. Eran tiempos de libertad, de complicidad, de ilusión, de hacer y permitir lo que cada cual le diera en gana. Solo había un límite, no poner en riesgo la libertad del otro en el uso de la tuya.
Ya antes habían llegado modas y modos de vida que preveían la llegada de esa libertad limitada durante muchos años por la dictadura. Visto desde ahora, no sé si estamos preparados para gestionar tanta libertad, derechos adquiridos y mismas oportunidades, tal parece que empezamos a censurarnos a nosotros mismos. La cosa más absurda que vi es la moda de reivindicar la igualdad que ya se tiene, para demostrarnos que no se merece. Parece que pretendemos sentirnos solidarios con nuestra propia estupidez.
Cuando ponemos límites a los demás, nos los estamos poniendo a nosotros mismos.
Dejen a cada cual trabajar, vivir, vestir, reír, compartir, divertirse, convivir, sentir, amar... como quiera y con quien quiera, con solo un límite: que no dañe a terceros y obligue a nadie a ser y actuar del mismo modo.
Ahora toca retroceder, la censura ya dio paso a la autocensura; no se puede hablar de nada sin que otros se sientan aludidos y ofendidos. Lo llaman ofensas de odio. Los chistes y piropos son despreciados, se confunden la ficción, los prejuicios personales y los sentimientos de pasión con la realidad. Un deseo y una pasión son sentimientos de cada cual; si no los llevas a la acción, es libertad de expresión y opinión, sin más.
El rencor, miedo, enfado, odio, celos, la envidia, ira... es pura pasión personal, son emociones de uno mismo, no deben ser los demás quienes asuman la culpa de tu propia debilidad mental. Tu frustración o complejo de inferioridad no debe llevarte a impedir que otros vivan su vida a su manera si con ello no te obliga a ti a hacer lo mismo.
"Gestionar las emociones es un aprendizaje fundamental que permite a las personas interactuar con el entorno de una manera adaptativa".
"La empatía es una capacidad imprescindible para el desarrollo adaptativo de las relaciones sociales, puesto que implica la capacidad de entender o comprender lo que la otra persona está sintiendo; aunque esto no significa que tengamos que estar de acuerdo con ello". Nos falta educación empática.
Lo curioso es que hay desde el mismo periodismo quien defiende este proceder que atenta contra la libertad de expresión y opinión. Lo tenemos claro con esa ley 'antibulos', una intervención del poder en la libertad de expresión. Ya el Código Penal recogía la mentira dañina, la injuria grave como delito.
Ahora dices algo en contra del feminismo, de la inmigración ilegal, de la mujer, trans, de Pedro el mentiroso... Ni en chiste siquiera, ya serás catalogado como machista, racista, xenófobo, fascista...
Sin embargo, al revés sí pueden criticar y menospreciar sin problemas.
Si una mujer dice que debe desaparecer el día del padre por agravio a niños que no tienen padre o tienen dos mamás, no pasa nada, pero si por la misma razón un hombre dijera lo mismo, que desapareciera el día de la madre por solidaridad con los niños que perdieron a su mamá o tienen dos padres, simplemente pasaríamos a ser gilipollas ambos.
Si una mujer dice que no necesita al hombre, todos callan por miedo a que sea verdad; no lo es, hombres y mujeres se necesitan aunque no sea más que para prolongar la supervivencia, para hacer camino al andar... Esas que dicen así es todo odio al hombre, a la vida en pareja, a la familia. No dicen nada de la cooperación, la ayuda mutua, personal y emocional que te aporta la persona adecuada al lado.
Que la estupidez no tiene límite lo sabemos, pero que todos aceptemos serlo es para mirarlo.
Creo que debemos hablar de todo, o pronto no se podrá hablar de nada.
Lo verán quienes por aquí escriben, se limitan, se miran muy bien no opinar de según que cosas que puedan incomodar a otras y al medio, que estará condicionado por la presión mediática del feminismo acomplejado y, sobre todo, por el poder. Es que le encanta al poder controlar medios, son su salvoconducto para no ser fiscalizado.
Pediría que fueran valientes, que publiquen y hablen de todo o pronto no podremos publicar ni hablar de nada. Gracias.
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