Lo primero, he preguntado donde, de lo suyo, saben más que yo.
Rey. Monarca soberano de un reino.
Persona, animal o cosa que por su excelencia sobresale entre los demás de su clase o especie.
Monarquía. Forma de gobierno en la que el poder supremo corresponde a una sola persona y es hereditario.
Por completar, en la medida de lo posible. Monarquía constitucional. Gobierno en el que el monarca y la representación popular comparten poderes.
Visto lo que antecede. Monarca y rey, la misma cosa para la primera acepción, ¡pero! ¿para la segunda?: "Persona que ¡por su excelencia! sobresale entre las demás"...
Ahí está el lío.
Mi ánimo de desliar me ha llevado al titular: "monarquía natural" y "monarquía artificial".
Monarquía artificial, o sea, la inventada por el más grande de los inventores naturales, que todos sabemos quién es.
Un absurdo aceptado en base a absurdas, por supuestas, virtudes que se le atribuyen.
A mí no me entra en la cabeza. Y pienso que a quien le entre en la cabeza es porque esta cuenta con mucho espacio vacío que se puede ocupar con cualquier cosa.
No obstante, como, tiempo ha, me he hecho una pregunta shakespeariana, "soy o no soy", un extraterrestre entre terrícolas o un terrícola entre extraterrestres, y no he logrado contestarme, le he preguntado a internet, a ver si me descubría valores, que yo no le encontraba, que me ayudaran a entender el parecer de los monárquicos.
Monarquía natural. Reflexionaba yo que esto de la existencia de un rey es algo natural en el reino animal, cada grupo lo tiene. Es lo conveniente para su desenvolvimiento en la naturaleza. Y, desde luego, ¡nunca fallan con el rey! Y eso que nunca lo eligen. Será por eso. Siempre es un rey que se autoelige. Porque puede. Porque es el más fuerte, el más bravo, el más artero, el más y el más, que le hace ser el "más" idóneo para salvaguardar los intereses del grupo. El rey de los lobos, si lo es, que pudiera ser, no lo es por ser hijo del lobo que ya no puede con los cataplines. Los lobos no son tan estúpidos. Semejante estupidez solo pueden cometerla quienes tienen la "inteligencia" para ello.
Pero a lo que iba. Busqué y busqué y leí y leí. Y no salí de: el Rey representa, representa y representa, y simboliza, simboliza y simboliza. ¡Ni un solo! algo así como: el Rey ha hecho, ha logrado...
No hay lugar para la duda: ¡toda España! está de acuerdo en que el Rey ¡es un símbolo!, ¡un símbolo! Más nada.
"Símbolo. Forma expresiva que introduce en las artes 'figuraciones' representativas de valores...".
"Figuraciónes. Imaginaciones, suposiciones, fantasías, elucubraciones, fantasmagorías...".
"La campeona mundial de salto de altura, Yaroslava Mauchikh, como siempre que compite desde el 24 de febrero de 2022, luce los colores azul y amarillo de la bandera (¡símbolo!) de su Ucrania".
Yo, como, posible simple terrestre, no me lo pregunto. Semejante gilipollez no se me ocurre ¡pero!, visto lo visto, se lo preguntaré a cualquiera de los complejos, posibles, extraterrestres con los que convivo en este planeta. ¿Alguien se cree que el simbólico atuendo que Yuroslava lucía en su salto fue lo que la elevó por encima de las demás competidoras?
Otra vez, visto lo visto, no debería resultar extraño que muchos dijeran que sí.
A esos proclives al sí les propondría: si eso es lo que pensáis, y puesto que de símbolos se trata, ¿no os parece más sensato hacerle una estatua al Rey para, en la Puerta del Sol, hacerle compañía al oso y el madroño?
¡O una idea aún mejor! Y nos ahorraríamos el crisol del vaciado. Además de, a mi juicio, ser más representativa de una monarquía cumplidora con su rol. Me estoy refiriendo a trasladar para allá el Pelayo que tenemos en el Muelle. Un rey bravo con un currículum que le acredita, y que no cuenta, que se sepa, con ningún Fernando VII, de pésima imagen, entre sus ascendientes.
Lo que es a mí, para eso, con... no sé... pon... mil euros al año de mantenimiento estaríamos hechos. ¡Hasta los ocho o diez millones!, eso según la contabilidad oficial, ¡que si vemos los añadidos no contabilizados oficialmente...! que nos cuesta el símbolo viviente de la Zarzuela...
¡Oye! Se me ha venido a la cabeza un pensamiento... Eso de "no hay mal que por bien no venga".
Igual... lo de Sánchez... ¡No, no, no! Que de algo ¡tan malo! pueda salir algo bueno resulta... perturbador (desasosegante). Pero...
Quién sabe.