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martes, 3 de septiembre de 2024

NI UNA VERDAD POR EQUIVOCACIÓN-

 Karl Popper decía "que la democracia es el control del poder; cabe completar la idea diciendo que la transparencia y la información al ciudadano facilitan la formación de una opinión pública "fundamentada" cuyo "juicio" democrático ayuda a frenar posibles abusos y corruptelas del poder, también ayuda a construir la democracia y anima a los ciudadanos en la recuperación de la confianza en las instituciones".

A la política actual le falta ejercicio democrático por falta de control ciudadano sobre las decisiones del poder en asuntos políticos y económicos.

La indecencia de la política actual se camufla bajo una democracia falseada e imperfecta. Se cometen tremendas barbaridades y tropelías, se miente al elector, no se cumplen las promesas electorales, todo es posible por la cooperación de un activismo periodístico sin escrúpulo alguno, sin respeto por su código deontológico.

Sin oprimidos cómplices que amparan estas formas de hacer política, no existirían los opresores y los caraduras gestionando nada.

Aquí en España (pero ocurre por todos lados) lo vimos con este Gobierno mintiendo, prometiendo uno y haciendo otro, incumpliendo el programa electoral, comprando el poder a corruptos, delincuentes y fugados; dándoles impunidad a cambio de seis escaños. Regalando privilegios y prebendas a unas comunidades en perjuicio de otras, no respetando ese principio de solidaridad fiscal entre territorios. Saltándose la igualdad de todos ante la ley, la separación de poderes y señalando a jueces y medios incómodos. Lo vimos con los ERE, la Gürtel, los Pujol, el emérito, su yerno, ministros, presidentes, alcaldes... en fin, sería larga la lista. Vemos al Gobierno y la oposición tirándose a la cara los trapos sucios, a ver cuál de los dos es menos indecente. Justifican su indecencia con la indecencia del otro, "lo malo no debe justificar lo peor".

Los tiranos no nacen de la noche a la mañana y se despiertan un día dispuestos a convertirse en tiranos, se van agrandando a medida que ven candidez, inmadurez y sumisión en el pueblo, medios dispuestos a seguirles el juego y a convertirse en correos de transmisión hacia ese arribismo y afán de poder que todos tienen si les falta el control democrático.

Un pueblo sumiso es un pueblo a merced del "tirano" de turno. Ahora los tiranos usan esta democracia sin control, no hacen ruido de espadas, saben rodearse de estómagos agradecidos, cuanto más tiempo estén manipulando, engañando y manoseando ese poder, más imposible se hará echarlos. Ahora no son aquellos dictadores que tenemos en mente, aquellos de los golpes de Estado que usaban a los ejércitos para reprimir al pueblo, ahora, el ejército de los nuevos tiranos son los apáticos, condescendientes y sumisos ciudadanos. También los políticos que por un sueldo asumen su papel de tontos útiles sirviéndoles de soporte legal ante los parlamentos. Otra parte crucial para engordar tiranías son los medios comprados o vendidos. Sin estos últimos, no sería posible que nadie manoseara leyes, justicia, organismo de control, Constitución... Antiguamente, muy antiguamente, era el cuarto poder, ahora se convirtió en correa de transmisión, en veleta de un poder que les sustenta. Se dice que se venden más periodistas que periódicos.

Cómo siempre, pedir perdón a esos profesionales que a duras penas luchan contra propios y extraños defendiendo su código deontológico por una ética profesional que muchos otros perdieron impidiendo que quien esté dispuesto a ser responsable se exponga a no tener sitio en medios que imponen su propia línea editorial, lo que José María García llamaba "imperio del monopolio".

Difícil lo tienen los que estén dispuestos a eliminar la arbitrariedad, la ideología y la imposición en el desempeño de su profesión.

Por ello, apelo de nuevo a estos profesionales, a esos periodistas de verdad, son la clave para sostener cualquier democracia, son los fiscalizadores del poder.

Recuerden bien: los políticos actuales están para mejorar su bienestar, no el de los demás. Esto último tenemos que exigíserlo constantemente. Son muy despistados y comodones, cuando no corruptos e indecentes, como vemos.

En una democracia transparente y parlamentaria, las políticas a seguir, sobre todo en política exterior, también por supuesto en política territorial y en todo aquello que trate de interferir en nuestro reglamento Constitucional; todo ello y más debe ser debatido en el Parlamento con todos los diputados (con las diferentes fuerzas representadas allí, no en Mauritania, Marruecos, Gambia, Senegal, Waterloo...) en busca del consenso mayoritario con la aportación de todos, no a capricho o conveniencia del arribista mayor del reino. Deben respeto por la posible alternancia en el poder, la oposición debe participar de la toma de decisiones importantes, sin ella la democracia se convierte en otra cosa.

Sánchez, ni siquiera avisa a la oposición de lo que hace, da y regala. Va allí donde y porque quiere sin dar cuentas a nadie. Vean lo de la amnistía, la inmigración descontrolada, lo del Sahara, Marruecos, Ucrania, Waterloo, Israel, los viajes en Falcon como si fuera el presidente de EE UU que le llaman de aquí y allá... Es un rodillo completo que va despreciando a cada paso nuestro sistema parlamentario y democrático. No respeta su palabra, ¿cómo va a respetar a nadie?

Recuerdan lo que decía en campaña electoral de traer a Puigdemont ante la justicia (la justicia es él), de cumplir las penas íntegras, de indultar políticos a otros políticos, de no pactar con Bildu, de no depender de los separatistas, de lo que era rebelión, sedición, terrorismo... Este señor es todo lo contrario de la verdad, del compromiso, de la seriedad, de la transparencia democrática... No es de fiar.

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