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viernes, 13 de septiembre de 2024

EL PARAISO LO HACEMOS NOSOTROS

 Madre e hija se retrataban en la playa. Instantes después, escuché, subirían la historia a alguna red. -¡Repitámosla lejos de la basura! -inquirió la mujer-. La orilla del sendero a la cala hacía las veces de vertedero pirata. -¿Para qué?, podemos editarla... -respondió la chica-. Yo recogí alguno de los residuos y los tiré a un contenedor próximo. Supuse este acto equivalente -en mi mundo real- al de editar, que refería la turista en su mundo virtual. Lo reconozco, la mayoría de veraneantes respetan el entorno, pero cuando la muchedumbre crece de forma exponencial, la minoría que devasta el paisaje se percibe inmensa y amenazante. Algunos de los que aquí vivimos de forma permanente pasamos de una primavera a gusto a un verano a(n)gosto.

¿Para cuándo un modelo de turismo en el que la riqueza paisajística no esté reñida con la turística? Años ha, el eslogan "Paraíso natural" le hacía justicia a nuestra comunidad. A Asturias le hace ahora injusticia el turismo masivo. Recuerdo cómo turistas de los 90 (si me apuras también los últimos precuarentena) eran partícipes de romerías, paseos al fresco y verbenas. Espectadores de una ficción cinematográfica que les llevaba a playas paradisiacas si traspasaban la pantalla. Muchos de los que hemos soñado con tocar la tele y atravesarla hemos conseguido traspasar el telé(fono) y quedarnos dentro. El veraneante de entonces se integraba en el paisanaje, el veraneo actual desintegra el paisaje del que forma parte. Editar la basura no limpia una ladera por muchos likes que sume el hashtag basuraleza. Hoy tuve la suerte de disfrutar de un solitario baño en "mi" playa, una de las pocas del oriente asturiano que no están masificadas. Nadé entre ocle, una variedad de algas a la que mucha gente tiene asco. En su día también lo tuve yo, hasta que empecé a observar esta vegetación marina más de cerca; sin cristales de por medio que me incitasen a correr y mirar desde detrás, sin ad-mirar lo de delante. Probablemente emule en breve a la familia del principio de este escrito subiendo este relato como historia a una red de moda. Si encima la acompaño de una foto o algún vídeo corto, podría alcanzar numerosos "me gusta" y comentarios predecibles como "paraíso". En tanto inmóviles, desde nuestros móviles, seguiremos editando nuestras fotos con residuos. Para esto... ¿paraíso?

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