Las salas de asilo e inadmitidos de Barajas, convertidas en 'pateras'
Más de 150 personas, solicitantes de protección internacional, se hacinan en 50 metros entre chinches y cucarachas, denuncian policías y trabajadores sociales
Marlaska aseguró hace once días que era un problema «puntual ya solucionado», tras las críticas de tres jueces. La solución, una sala de mujeres y niños sin ventanas ni duchas
Se fugan 26 marroquíes de las salas de inadmitidos de Barajas en dos noches consecutivas
Chinches en las colchonetas de las camas o en las que están tiradas por el suelo, cucarachas detrás de los cubos de basura, baños tercermundistas y sucios, un olor irrespirable… y más de 150 hombres fornidos (la cifra varía día a día), sin nada que hacer más que mirar el techo o la televisión colgada en la pared, y a la espera de una respuesta. Así pasan las horas desde hace varias semanas en las salas de asilo e inadmitidos del aeropuerto de Barajas, convertidas en una bomba de relojería, de las que la semana pasada se fugaron veintisiete inmigrantes en dos noches consecutivas.
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