Ucrania se moviliza para hacer frente a 200.000 soldados rusos
En Vystupovychi, localidad fronteriza con Bielorrusia, nada hacía presagiar ayer la inminente ofensiva
En el puesto fronterizo de Vystupovychi que marca la frontera entre Ucrania y Bielorrusia se respiraba ayer total normalidad. Una larga fila de unos veinte camiones esperaban pacientemente en fila mientras las autoridades revisaban su documentación para poder así cruzar la frontera. Nada hacía pensar que al otro lado de la frontera aguarda un ejército preparado para invadir Ucrania tal y como aseguran los servicios secretos de EE.UU y los países europeos.
Al cierre de esta edición, sin embargo, la Inteligencia norteamericana alertaba de que la invasión rusa de Ucrania era inminente, y señalaba que el 80 por ciento de las tropas de la Federación –unos 200.000 soldados según Boris Johnson– estaban ya «en posición de ataque».
La información se producía menos de 48 horas después de que el presidente Putin anunciara el reconocimiento ruso de la soberanía de las ‘repúblicas’ prorrusas de Donetsk y Luhansk, en el este de Ucrania, y proclamara que las fronteras de esos territorios rebeldes deben ampliarse a zonas actualmente controladas por el Ejército ucraniano.
Ante la gravedad de la situación, el Gobierno de Kiev se disponía a aprobar el estado de emergencia a medianoche de ayer, que estará vigente al menos treinta días y puede implicar controles del movimiento de personas, sobre la información y también la movilización de reservistas.
Esta efervescencia era ajena ayer a la vida en Vystupovychi. En esta localidad fronteriza los pequeños negocios que ofrecen almuerzos y una bebida caliente a los camioneros que esperan para continuar su ruta por territorio bielorruso permanecían abiertos y continuaban ofreciendo servicio a sus clientes. Katerina es la propietaria de uno de ellos. Asegura que el negocio marcha bien pero sin embargo tiene miedo. «Tengo miedo, no lo oculto. Todos los camioneros que llegan desde Bielorrusia no dejan de hablar de la cantidad de tanques y tropas rusas con los que se cruzan en la ciudad de Mozyr a apenas 80 kilómetros de aquí. ¿Cómo no voy a tener miedo? Todos aquí lo tenemos», asegura.
Katerina vive en la ciudad de Ovruch, la primera ciudad pequeña que uno se cruza nada más entrar a territorio ucraniano. En sus calles nada indica que esta ciudad podría ser uno de los primeros objetivos militares de una posible invasión rusa. Sin embargo, basta con hablar con cualquiera de sus habitantes para reconfirmar los temores de Katerina. Sentados en un banco de la plaza del ayuntamiento de Ovruch, charla tranquilamente Mikhail con dos amigas. Mikhail es funcionario y no duda en afirmar que «aquí toda la comunidad esta asustada, sin embargo como dice nuestro presidente tenemos que estar tranquilos y estar listos para defendernos».
El puesto fronterizo de Vystupovychi no está situado en la misma frontera territorial entre Ucrania y Bielorrusia. Una vez que se pasa el primer puesto de control aún tiene que recorrer unos 14 kilómetros por una carretera que circula entre bosques y pantanos hasta pisar territorio bielorruso. «Mucha gente piensa que este territorio es una especie de zona neutral entre Bielorussia y Ucrania, sin embargo eso no es verdad» dice el teniente coronel Yuriy Shahraychuk de la Guardia Ucraniana de Fronteras. «Esta zona fue evacuada por culpa del accidente de Chernobyl y desde entonces por seguridad no se autoriza a la población civil vivir aquí salvo algunos casos excepcionales de familias residentes que han querido regresar».
Los 14 kilómetros de carretera que separan la linea fronteriza de Bielorussia con el puesto fronterizo de Vystupovychi son consideradas estratégicas por la Guardia Nacional de Fronteras, ya que una eventual invasión rusa tendría que pasar por ella para evitar el mar de pantanos y bosques que rodean la provincia de Zhytomyr y poder avanzar hacia su capital administrativa, Korosten. La ciudad de Korosten sería la primera gran ciudad que las tropas rusas tendrían que tomar para poder proseguir su avance hacia Kiev. En sus calles, a diferencia que en la capital Ucraniana, sí se percibe la tensión y cierto nerviosismo ante la escalada de la crisis con Rusia.
Al otro lado del país en las regiones de Donetsk y Lugansk la tensión sigue en aumento. Durante las últimas 48 horas los ataques por parte de unidades de las autodenominadas fuerzas militares del DPR y el LPR contra territorios controlados por el Ejército ucraniano se han duplicado. En Mariinka la población civil que aún permanece en esta comunidad situada en la línea del frente se ha visto afectada gravemente por fuertes tandas de ataques con morteros de gran calibre. Como resultado de ello Andrey Bolbat resultó gravemente herido y una niña de 16 años pudo salvar la vida al lograr abandonar a tiempo el lugar.
Al mismo tiempo según afirma Anton Gerashchenko, asesor del Ministerio de Asuntos Internos de Ucrania, los miembros del equipo consular de Rusia en la ciudad de Leópolis habrían abandonado la sede consular. También en estos momentos está siendo evacuada –tal y como confirma la agencia France Presse– la embajada de Rusia en Kiev una vez que el ministro de Asuntos Exteriores anunciara ayer la decisión. La portavoz del Gobierno ruso, María Zakharova, manifestó que estas medidas se deben a «los múltiples ataques» sufridos por la misión diplomática rusa en territorio ucraniano.
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