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jueves, 3 de octubre de 2019

LA NUEVA PRESIDENTA DE LA COMISIÓN EUROPEA VIVIRÁ EN UN MINIPISO DE 25 METROS JUNTO A SU DESPACHO

Ursula von der Leyen

La nueva presidenta de la Comisión Europea vivirá en un ‘minipiso’ de 25 metros junto a su despacho


Ursula von der Leyen pretende evitar los atascos de Bruselas y ahorrar en seguridad cuando duerma en Bélgica.

Ursula von der Leyen podrá presumir de ser la última en marcharse del trabajo. De hecho, ni siquiera lo abandonará. Al menos no del todo. La nueva presidenta de la Comisión Europea, que tomará posesión del cargo el próximo 1 de noviembre, ha pedido acondicionar una vivienda junto a su despacho en la planta 13 del edificio Berlaymont, sede del Ejecutivo europeo, según ha adelantado el diario alemán Die Welt y han confirmado a este diario fuentes de su equipo.
La decisión de la exministra de defensa alemana tiene algo de austeridad luterana: ahorrará al erario público los costes de seguridad dado que el inmueble cuenta ya con personal dedicado a su protección, y no abonará a un casero los más de 4.000 euros mensuales que le corresponden para su hospedaje personal. Tiene también mucho de práctico y funcional: en su nueva ubicación esquivará los habituales atascos que cada mañana y a última hora de la tarde colapsan Bruselas, una de las capitales más embotelladas del continente.
El espacio no destaca por su amplitud. Dispone de solo 25 metros cuadrados, y en medio de una apretada agenda de viajes, solo será utilizado cuando Von der Leyen duerma en Bélgica. Su residencia principal seguirá estando en la localidad alemana de Hannover, a unos 500 kilómetros de Bruselas, donde su marido vive y trabaja —sus siete hijos estudian y trabajan fuera—, y donde acudirá los fines de semana que su intensa actividad se lo permita.
Su predecesor en el cargo, el todavía presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, también conservó su propia residencia en su país, Luxemburgo, pero para sus estancias en Bruselas eligió alquilar un apartamento de 50 metros cuadrados en un hotel a razón de 3.250 euros al mes, según confesó él mismo en una entrevista al diario alemán Bild. El alojamiento no siempre satisfizo sus necesidades por completo. En esa misma publicación se quejó de que a diferencia de los embajadores o el secretario general de la OTAN, tanto él como el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, carecen de una morada oficial, lo que les obligaba a trasladarse para recibir visitas oficiales.
Von der Leyen, que apenas tendrá que deslizarse de la cama para entrevistarse con los numerosos líderes que acuden cada semana al edificio Berlaymont, no tendrá ese problema. Tampoco notará demasiado el cambio. Durante su periodo como ministra de Defensa, al igual que otros colegas del Gobierno alemán, ya eligió pernoctar en el edificio donde trabajaba en Berlín.
OTROS TIENEN EL AVIÓN EN SU HABITACIÓN.

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