La larga despedida a Rubalcaba
Desde que ingresara en el hospital Puerta de Hierro el miércoles hasta la capilla ardiente que continúa hoy, numerosos amigos y políticos se acercaron a acompañar a la familia del exvicepresidente del Gobierno,
Bajo la atenta mirada de los leones del Congreso de los Diputados entró ayer, a hombros de los policías del Parlamento, el féretro del exvicepresidente del Gobierno y exsecretario general del PSOE. Sus familiares, amigos y políticos de todos los colores aguardaban con solemnidad su llegada mientras otros se iban acercando para entonar su último y más caluroso adiós a Alfredo Pérez Rubalcaba (Cantabria, 1951), que falleció tras haber sufrido un ictus el pasado miércoles.
Al conocerse ayer su muerte el exgerente del PSOE, amigo íntimo y portavoz de la familia, Gregorio Martínez, comunicó que la Cámara Baja instalaría una capilla ardiente en el simbólico Salón de los Pasos Perdidos, que aun se mantendrá hoy hasta las 14 horas. Así, a pocos metros del hemiciclo, donde Rubalcaba forjó su reputación de gran orador, estarán hasta esta tarde sus restos arropados con una bandera de España y, como no podía ser de otra manera, con otra del Partido Socialista. «Seré socialista hasta el fin de mis días», llegó a repetir más de tres veces Rubalcaba en una de sus más conocidas intervenciones. Así fue. Y aún hoy sigue siendo.
El Gobierno decretó ayer luto oficial. El velatorio se inició a las ocho y media de la tarde y poco a poco se fueron dejando ver caras conocidas que acudían al final de una despedida que se prolongó casi tres días. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apareció media hora antes del inicio de la capilla ardiente y fue recibido por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, con un afectuoso saludo. A su vez llegaron la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo; la presidenta del PSOE, Cristina Narbona; la ministra de Política Territorial, Mertixell Batet; el ministro de cultura, José Guirao; la titular de Industria, Reyes Maroto; la de Hacienda, María Jesús Montero, y la de Trabajo, Magdalena Valerio. También reconocidos socialistas, entre ellos una visiblemente emocionada Susana Díaz. La expresidenta de la Junta de Andalucía entró entre abrazos de exministros y compañeros socialistas.
El adiós de los Reyes
Poco antes de las nueve de la noche, y entre aplausos, llegaron para dar el pésame a familiares y amigos los Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, que fueron recibidos por Sánchez, Pastor, el presidente del Senado, Pío García Escudero, el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, y su homólogo del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas. Son ellos las máximas autoridades del Estado. Por su parte, Don Juan Carlos y Doña Sofía se han acercado esta mañana y han rendido un emotivo minuto de silencio.
A las diez de la noche de ayer la puerta de Cámara Baja situada en la Plaza de las Cortes se abrió para que centenares de ciudadanos se acercaran a despedirse de Rubalcaba. Muchos de ellos con rosas rojas que fueron entregando a los ujieres y que éstos, con delicadeza, fueron posando sobre las enseñas rojigualda y socialista. Entre ellos aparecieron algunos de sus alumnos de la universidad, adonde había vuelto hace unos años después de decidir que su etapa en la política había acabado.
No faltaron los expresidentes del Gobierno Mariano Rajoy ni José Luis Rodríguez Zapatero. También se acercaron a dar el pésame el líder del Partido Popular, Pablo Casado, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y el coordinador estatal de Izquierda Unida, Alberto Garzón. Por su parte, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se personará hoy y ayer en su lugar acudió el secretario general, José Manuel Villegas.
Desde el miércoles
Pasadas las seis de la tarde del viernes, Gregorio Martínez, el encargado de comunicar a los medios el fallecimiento, salía del hospital Puerta de Hierro de Majadahonda con las pertenencias de Rubalcaba. Era el último en abandonar la clínica tras dos días de visitas de familiares, amigos y dirigentes socialistas que quisieron acompañar a la familia.
Fue el jueves, un día después de que le ingresaran, cuando se conoció que el estado de salud de Rubalcaba era «extremadamente grave». Desde ese momento las visitas, que ya fueron muchas el miércoles, se dispararon. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, adelantó la vuelta de su viaje oficial a Rumanía y acudió a la clínica. Antes, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, expresidentes socialistas, hicieron lo propio. Ninguno hizo declaraciones a los medios.
Tampoco comentaron nada aquellos que a lo largo de la tarde se acercaron al hospital, entre los que se pudo ver a miembros de varios Ejecutivos del PSOE, como José Luis Ábalos, Isabel Celaá, María Jesús Montero, Trinidad Jiménez, Valeriano Gómez o Antonio Camacho. Pero, sin duda, uno de los omnipresentes fue Jaime Lissavetzky, amigo íntimo del exvicepresidente, que permaneció cerca de la mujer de Rubalcaba, Pilar Goya, desde los primeros momentos.
El presidente asturiano, Javier Fernández, al que se le vio visiblemente afectado, también estuvo en el Puerta de Hierro prácticamente todo el día, al igual que el que fuera portavoz socialista en el Congreso, Antonio Hernando. Cristina Narbona, presidenta del PSOE, fue la única que, a última hora de la noche, hizo un comentario nada halagüeño: «Esperando que haya un milagro». Poco después, cuando muchos ya se habían ido, apareció otra exportavoz socialista, Soraya Rodríguez, ahora candidata de Ciudadanos.
La mañana del viernes pasaron por allí Juan José Laborda, expresidente del Senado; Elena Valenciano; Luis Yáñez, eurodiputado; los exministros socialistas Ángel Gabilondo, Miguel Sebastián y Carmen Montón; Rafael Simancas y los ministros del Gobierno José Luis Ábalos, de Fomento, y Josep Borrell, de Exteriores. También muchos de los que ya acudieron el miércoles o el jueves.
«Gran sentido de Estado»
Tampoco faltó a la cita el ministro de Interior en la primera etapa de Rajoy, Jorge Fernández Díaz, que vino expresamente de Barcelona para acompañar a la familia de su predecesor en el cargo. Afirmó, antes de anunciarse el fallecimiento, que «Rubalcaba lo ha sido todo» y recordó que él había pasado por un caso similar hace apenas un año: «Estoy aquí para contarlo, y quiera Dios que él pueda hacer lo mismo». «Ojalá podamos seguir contando con un hombre con un gran sentido de Estado como es Alfredo Pérez Rubalcaba», finalizó.
Además de Fernández Díaz, Gabilondo y Borrell fueron de los pocos que hicieron declaraciones a la prensa, también antes de conocerse el desenlace. Gabilondo afirmó que dentro del hospital lo que se sentía era «sobre todo tristeza y dolor», mientras que Borrel definió el papel de Rubalcaba como el de «una figura política todoterreno, no hay más que ver la oleada de afecto que se ha levantado».
SIEMPRE TE RECODAREMOS D.E.P.
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